Paradigme

Pastore continúa siendo un objeto misterioso; la hipótesis de rescisión unilateral del contrato podría ser una opción

Pastore voló hacia Cataluña en los primeros días del pasado mes de agosto, el once se sometió a una operación de cadera que, con el auspicio, debería haber resuelto de una vez por todas sus crónicos problemas físicos. Este no ha sido el caso por ahora. Pastore, según la Roma, todavía está en Barcelona donde sigue con las sesiones de rehabilitación que deberían permitirle, aparecer a finales de este mes, al menos eso dice su agente Simonian, volver a estar a disposición del equipo.

A partir de sesiones personalizadas que luego le llevarán a reingresar al grupo y, por tanto, a responder la llamada de Fonseca. Las últimas noticias indican que el regreso del argentino a Trigoria será a finales de la semana que viene, pero después de todo lo que ha pasado, es legítimo dejarse llevar por algunas dudas. El objetivo de Pastore es volver a estar a disposición del equipo en los primeros días del próximo mes de enero.

Aunque esto último es totalmente incierto, pues para nadie es un misterio que en los últimos tiempos se ha extendido el rumor de que la primera operación no fue un éxito y de que puede ser necesaria una segunda intervención para intentar solucionar un problema que aún permanece muy al límite. Al fin y al cabo, desde que llegó a la Roma hace tres años a cambio de unos veinticinco millones de euros abonados a las arcas del PSG, el argentino prácticamente nunca ha estado bien, siempre frenado por una serie de contratiempos físicos que le han afectado mucho su rendimiento y esa continuidad de juego que para cualquier jugador es un elemento fundamental para alcanzar la mejor condición física.

Sin restar valor a las espléndidas cualidades técnicas del argentino, Pastore para la Roma ha sido hasta ahora más un problema que un recurso. Por supuesto que no fue culpa suya, pero la pregunta sigue ahí como el riesgo, si no se llega a una solución positiva de su condición física, que la empresa Giallorossi lo tenga en nómina hasta el 30 de junio de 2023, con todos los consecuencias que se pueden imaginar en las cifras de un balance que, como sabemos, ciertamente no son un himno al optimismo. Y luego, si el jugador realmente debiera someterse a una nueva cirugía, en Trigoria y viale Tolstoj podría madurar la idea de plantearse la hipótesis de una rescisión unilateral del contrato vigente con el argentino.

Además, y según Il Romanista esto podría suceder aprovechando un aspecto específico del reglamento que prevé, que ante seis meses de indisponibilidad de un jugador para entrenamientos y partidos, la posibilidad de un fue agradable, lo intentamos pero adiós y gracias. Se necesitan ciento ochenta días de ausencia total para que una empresa aproveche esta oportunidad. Hasta la fecha, el último Pastore conocido está fechado el veintisiete de julio cuando fue incluido en la lista de convocados para el penúltimo partido del pasado campeonato, en Turín contra el Toro donde fue en el banquillo.

Aquí hay que hacer dos cuentas rápidas, son noventa y nueve días que no están disponibles para el equipo. Es decir, estamos a más de la mitad de los ciento ochenta días previstos por el reglamento para poder solicitar la rescisión. Lo cual sería factible el próximo veintitrés de enero. Alguien en Trigoria, podría estar madurando la idea pensado en las condiciones, aun sabiendo que significaría acumular una pérdida (en enero) de alrededor de once millones. Eso todavía sería poco más de la mitad de los veinte que se ahorrarían como sueldos para el argentino. Entendido que deseamos que el argentino vuelva a la plena salud, la Roma lo pensará cuando el argentino siga siendo un fantasma.

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