Italia le devolvió una sonrisa. Zaniolo necesitaba un cambio de aires, desconectar tras una semana complicada. Así lo confirma su desaparición de las redes sociales tras el 3-0 ante la Lazio y su reaparición ayer con un la selección nacional. El problema no fue no jugar contra la Lazio. El problema según escribe Stefano Carina en el diario Il Messaggero, sería que Nicolò Zaniolo no recibió explicaciones de Mourinho y mucho menos de sus colaboradores. No es que le fueran debidas después de jugar con el freno de mano ante el Udinese precisamente para no arriesgarse el estar en el derby. Lo que le costó entender es por qué no entró en la segunda mitad.
La Roma controlaba sin problemas y la mitad del tiempo le hubiera gustado jugar. También atento al partido de ida cuando él y mamá fueron blanco de insultos. Decepción la que suma al banquillo hace unas semanas ante el Spezia. Nicolò está en una encrucijada y el derby tiene poca importancia. Quiere entender qué papel juega en los programas del club. Pretende estar en el centro del proyecto como lo están Pellegrini y Abraham. El riesgo para la Roma de encontrarse en una situación como la de Vlahovic en Florencia está a la vuelta de la esquina.
