La junta de Gualtieri tiene en trámite la resolución sobre el estadio de la Roma, acto que sirve por un lado para tomar nota del dictamen preceptivo pero no vinculante del IV Municipio, donde se pretende construir el nuevo templo de la afición giallorossi, el otro es para pasar el balón a los concejales municipales.
La escritura, que La Repubblica pudo ver, se suponía que se aprobaría ayer, pero fracasó debido a un «error material» no especificado en la formulación de la agenda. Sin embargo, el texto debería pasar al Consejo en breve. Mientras tanto, las comisiones competentes deberán pronunciarse sobre el proyecto de 600 millones de euros, un máximo de 62.000 capacidades, 16 hectáreas y una concesión de 90 años. La Roma tendrá que resolver los problemas relacionados con el sistema de carreteras en Pietralata y el número de plazas de aparcamiento disponibles.
Mientras que la comisión mixta de Patrimonio y Obras Públicas abordó el miércoles el tema pero no expresó la opinión esperada sobre el interés público, ayer se mantuvo una reunión con el concejal de Urbanismo, Maurizio Veloccia, presidente y diputado de la ‘comisión del mismo nombre’ y los líderes del grupo mayoritario y después de Semana Santa se realizará otra, con todos los concejales del Partido Demócrata, que promete tener una buena «temperatura»: hasta en el estadio algunos demócratas de la capital reprochan a la junta la falta de visión conjunta.
