Josè Mourinho concedió una entrevista en exclusiva a la revista estadounidense Esquire como embajador de Hublot desde 2014. Entre los muchos temas tratados por el Special One, no podían faltar referencias a su aventura en el banquillo de la Roma y a la victoria en la Conference League el pasado mes de mayo.
Después de un año en Italia, ¿cómo ha cambiado tu vida en comparación con Inglaterra?
Siempre digo que los centros de formación son los mismos en todo el mundo y la vida que llevas es siempre la misma. Entras a las 7:30 am y sales a las 6:30 pm. Entonces, desde ese punto de vista, apenas cambia si vives en una ciudad increíble como Roma o en un lugar frío, oscuro y escondido. Lo que ha cambiado en mi vida, sin embargo, es que en este club me siento bien y tengo una buena relación con todos. En Italia soy feliz.
¿Cómo encontraste el fútbol italiano después de más de diez años de ausencia?
Hace diez años, después de que me fui (pero no porque me fuera), la Serie A lo pasó mal. La calidad bajó y el campeonato tuvo poco atractivo en el exterior. Ahora, en cambio, me he encontrado con una liga apasionante, competitiva, donde los jugadores también vienen de la Premier. Respecto a la 2009-10 sigue habiendo diferencia con los equipos punteros, pero hoy el resto de clubes son mejores. Hay entrenadores con muchas ideas, que juegan un fútbol ofensivo y ambicioso. Luego están los equipos, como la Roma, que también están creciendo en un sentido más amplio, como club, trayendo cada vez más aficionados al estadio, con grandes posibilidades de evolucionar a mejor.
¿Cómo se siente no ver a los Azzurri en la Copa del Mundo durante dos ediciones consecutivas?
Si amas el fútbol es difícil aceptarlo. Crecí en los años 70 y 80 y puedes imaginar cómo era Italia en esos días. La Azurra siempre ha sido un referente. Trabajando aquí, me cuesta entender lo que pasó, porque está lleno de buenos jugadores, aunque todavía son pocos los que se van al extranjero. Me niego a aceptar el argumento de la falta de talento, eso no es cierto. El talento existe en Italia, por lo que Italia debe llegar a la Copa del Mundo.
Hablando de eso, en tu opinión, ¿cómo te preparas para un campeonato con un parón tan largo en invierno?
Es una situación nueva para todos y debemos cometer el menor número de errores posible. Ya estamos trabajando, discutiendo, estudiando y buscando soluciones que nos expongan al mínimo de riesgos.
Quería presentarle Hublot hablando de su reloj. ¿Qué pensó cuando vio llegar el último segundo de la final de la Conference League?
Cuando termina un juego que conduce a un título, me quito el reloj y no me lo vuelvo a poner. Tengo un caja en casa con otros 25. Llamé a Hublot y le dije que necesitaba otro.
Las imágenes de los festejos de la Conference League en Roma han dado la vuelta al mundo. ¿Puedes contarnos las emociones de ese día?
Fue realmente inolvidable. Cuando ganamos la Champions con el Inter no fui a Milán porque quería ir al Real Madrid y tenía la sensación de que si volvía no me iría nunca. Esta vez fue diferente, quería quedarme en Roma y seguir en este club. En momentos así te das cuenta de que no ganas por ti mismo, que no es una alegría personal. Las personas lo son todo, te dan la dimensión de lo que has hecho y te sientes parte de una familia muy especial.
