Ira y decepción. Más, «un luto». Agravado por una pregunta: ¿qué pasará con el estandarte de la «Brigata Roberto Rulli» y la bandera con su rostro, también robados durante la emboscada de los serbios en Piazza Mancini al final de Roma-Empoli? La foto de la pancarta Fedayn en llamas en la curva hooligan del Estrella Roja de Belgrado para todos los ultras giallorossi constituye la imagen de «un trozo de historia de la curva ardiente del Sur»: una afrenta sin precedentes, escribe Marco Carta en La Repubblica.
El final de una era, quizás. El universo ultra giallorosso agoniza. El robo de la pancarta rehecha con motivo del 50 aniversario del grupo fundado en Quadraro el 12 de marzo de 1972 por Rulli, ex militante de Autonomia operaia, fallecido en 1990 a los 39 años, es una terrible vergüenza. Sacude el panorama de la Sud y reorganiza sus activos, produciendo fricciones muy fuertes.
¿Qué harán los Fedayn? ¿Seguirán existiendo, cambiarán de nombre? Preguntas que ni siquiera los investigadores de Digos saben responder por el momento. Observan el desarrollo de la materia.
Empezando por el probable regreso del grupo a las gradas del Olímpico, esta noche para el Roma-Verona. El debate interno dentro de los fedayines está en pleno apogeo, entre quienes no ven otra salida que la disolución y quienes hacen todo lo posible por salvar lo que se puede salvar. El robo del estandarte corre el riesgo de provocar desacuerdos en una curva heterogénea como la romanista. La exitosa emboscada de los serbios desagrada a muchos, no a todos.
