Quizás la Roma haya visto mejores versiones de Paulo Dybala. Quizá en los últimos, La Joya brilla un poco menos. Quizás, sin embargo, una joya tan pura no se veía por esos lares desde la época de otro 10, capaz -al igual que hace el argentino- de iluminar la cancha con una jugada, una intuición, una finta. Esperas el destello de Paulo, y regularmente Paulo no traiciona. El gol de penalti ante la Samp, completado con una rítmica aceleración propia del «diez» sudamericano, fue el décimo gol de su temporada en la Serie A.
Es el máximo goleador de los giallorossi. Números que se repiten, y deben significar algo. Diez alegrías para una Joya de diez, que todavía lleva el 21 en la espalda solo para evitar incómodas comparaciones con el capitán más querido de todos los tiempos por la afición de la Roma. Sin embargo, son las estadísticas las que ponen Dybala por un lado y a Francesco Totti por el otro.
Esta es, de hecho, la séptima temporada en la que el ex de la Juve marca al menos 10 goles y da al menos 5 asistencias. Desde 2004 solo otros tres jugadores han logrado registrar números tan importantes en la Serie A: Zlatan Ibrahimovic, Antonio Di Natale y… Totti, de hecho. Al final del partido, el argentino salió del Olímpico feliz como un niño. Acto seguido, sacó su smartphone y envió su habitual post entusiasta a sus 55,5 millones de seguidores: «Feliz con la vuelta al gol y gran victoria del equipo. ¡Vamos!» La búsqueda de la perfección le obsesiona y se desprende de una frase: «volver a portería». Dos partidos sin goles (Real Sociedad y derby) le deben haber parecido demasiado. Si toda abstinencia fuera así…
Mientras tanto, Jorge Antún, el hombre que vela por los intereses de Paulo, se dejo ver este domingo en la grada del Olímpico cuenta Corriere dello Sport. Su presencia en la ciudad se lee en términos de futuro, porque la Roma debe hablar cuanto antes con el entorno de su campeón del mundo para anular esa molesta cláusula de 12 millones que solo se aplica a países extranjeros pero que sigue siendo una espada de Damocles sobre la cabeza de los Friedkins. El contrato de Dybala debe rehacerse y la negociación saldrá adelante, tarde o temprano.