Las frases dichas este jueves en la noche en los pasillos de la Puskas Arena corren el riesgo de salir caras a José Mourinho. Todavía amargado por el desafortunado resultado de la final, y más aún por el arbitraje penalizador del partido, el técnico portugués se dejó llevar con palabras decididamente duras hacia el árbitro Anthony Taylor y el presidente de la Comisión de Árbitros Roberto Rosetti.
Como era de esperar, el exabrupto del técnico giallorossi no pasó desapercibido para la UEFA, que ahora esperará el informe detallado de Taylor antes de tomar nuevas medidas que podrían derivar en una multa o descalificación.
También ya existe un precedente que será examinado y que involucró al capitán del West Ham, Declan Rice, quien recientemente fue suspendido por dos partidos luego de llamar corrupto al árbitro Jesús Gil Manzano. Asegura el diario británico The Mirror.