La Roma abandona el proyecto del estadio en Tor di Valle. La decisión fue tomada ayer, durante una reunión de la directiva del club giallorosso, comunicada de inmediato al presidente de la Región, Zingaretti, y a la alcaldesa Raggi. En el informe semestral difundido por la tarde, se explicó que «a partir del análisis en profundidad realizado por asesores financieros, notariales y legales, Roma considera que ya no existen las condiciones para confirmar el interés en utilizar el estadio para ser construido dentro del proyecto actual relativo a la zona de Tor di Valle, habiéndose vuelto imposible de ejecutar.»
Los elementos en los que se centró la reflexión de Friedkin son siempre los mismos: los volúmenes cúbicos excesivos de oficinas, ya no sostenibles a la luz de la nueva normalidad que trajo el COVID, y el peso excesivo de la obra pública, según informes de Il Tempo.
En este punto se sumó el caos de la situación Parnasi (constructor asociado al proyecto), con las ejecuciones hipotecarias del terreno en el que se iba a construir el estadio. Adicionalmente, la arquitectura de movilidad que creó la alcaldesa Raggi terminó generando un monstruo, con obras demasiado caras e insuficientes para garantizar la entrada y salida regular del Estadio.
La nota dice: «La Junta Directiva encontró que incluso la pandemia ha cambiado radicalmente el escenario económico internacional, incluidas las perspectivas financieras del actual proyecto del estadio». Así, todo se reinicia, con una nueva zona por identificar y un nuevo proyecto. Eso sí: esta vez la Roma quiere que todo se centre en el estadio sin otras obras alrededor.
El Campidoglio emitió un comunicado en el que se tomaba nota de la decisión de Roma, asegurando a los ciudadanos que las obras públicas proyectadas serán realizadas por la Administración Capitolina. Por cierto, ahora el Ayuntamiento tendrá que pagar nueve millones de euros a la Región para que lleve a cabo las obras inicialmente pagadas por la Roma para el tramo ferroviario Roma-Lido.
De esta manera, se va un proyecto por un valor de 800 millones de euros. Dado que la decisión fue tomada de forma autónoma por la empresa, no es posible ninguna compensación. «Me siento fatal por la Roma y por la Roma», comentó el ex presidente Pallotta.
.RPR.
