Nicolò Zaniolo tiene los nervios a flor de piel. Y no hace nada para ocultarlo, escribe Marco Juric en La Repubblica. El blasfemia que dejo ver a nivel nacional por la tv, y pronunciada durante el momento del cambio en el Roma-Genoa, no tendrá consecuencias disciplinarias.
No hay pruebas de televisión ni sancion para el 22 Giallorosya que el árbitro Feliciani, a pesar de haberlo escuchado, no lo consideró sujeto a sanción. La expresión blasfema de Zaniolo certificó, una vez más, el creciente nerviosismo del jugador. Un estado mental cada vez más evidente también en las actitudes en el campo.
Contra Genoa recuerdan los cara a cara con los oponentes, las protestas con el árbitro, la camisa desgarrada al final de la primera mitad y los silbidos del Olímpico en el momento del cambio. En el medio, un disparo y mucha frustración. El problema actual de Zaniolo está principalmente en su cabeza. Abarcado por mil pensamientos: la renovación, su rol en el campo, los goles que no llegan y un futuro aún por definir.
De cualquiera manera, este domingo, Nicolò Zaniolo seguirá siendo titular, esta vez contra Fiorentina, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta Dello Sport. Un poco porque es uno de los jugadores más fuertes de la Roma y un poco porque después de defenderlo a capa y espada, en el post Roma-Genoa, José Mourinho difícilmente lo dejara fuera. El punto, sin embargo, en este momento es otro: ¿que Zaniolo veremos?.