Sin Calafiori, sobre el que Mourinho preferirá a Viña, y la ausencia del sancionado Pellegrini, no habrá romanos con la camiseta de la Roma para jugar hoy el derby. Al menos no romano de nacimiento, dado lo mucho que Nicolò Zaniolo siente el desafío contra la Lazio, escribe Francesca Ferrazza en La Repubblica. El chico hasta ahora solo ha jugado dos derbys, debido a lesiones en la rodilla que lo han bloqueado apartado de los terrenos efectivamente durante un año y medio.
El último se remonta a septiembre de 2019, que terminó en empate (1-1), partido en el que estuvo cerca de marcar. Pero la rivalidad se encendió de inmediato con la afición de Lazio, que apuntó al jugador, entre insultos y burlas, identificándolo como un símbolo del club Giallorossi. Insultos amplificados por Instagram, red social en la que Nicolò es muy activo y que reabrió el jueves por la noche tras unos días de descanso.
Además, con motivo del derby, incluso cuando estaba lesionado, el chico colgaba fotos de sus acciones e historias en las que mostraba que sentía mucho el juego. Una rivalidad muy sentida, vivida más a distancia que en el terreno de juego, donde esta noche Zaniolo volverá a desafiar a sus rivales de la ciudad cara a cara, después de haberlo podido hacer solo dos veces, como mencionamos, sin ganar a ninguno de los dos partidos en los que intervino. Y sin poder marcar. Un gol y una victoria sería lo máximo para el número 22, que se celebraría junto con el hecho de que el primer gol contra la Lazio sería también el primer tanto de la temporada en Liga, después del de Europa. Zaniolo formará el trío detrás de Abraham con El Shaarawy y Mkhitaryan, este último convocado para realizar las tareas habitualmente encomendadas a Pellegrini.
