Gonzalo Villar, como ha demostrado varias veces en las redes sociales, nunca ha olvidado su experiencia en la Roma: «Fueron dos años importantes, lo pienso a menudo. Me he hecho hincha de los Giallorossi: siempre veo los partidos y espero que esta temporada podemos lograr grandes resultados» dijo en entrevista exclusiva a los micrófonos de la web de Gianluca Di Marzio, el centrocampista español también revela su amargura por el traspaso definitivo que se produjo poco antes de que la Roma cambiara de entrenador.
«Fueron dos años importantes, pienso en ellos a menudo. Me he convertido en hincha giallorossi: siempre veo los partidos y espero que esta temporada podamos lograr grandes resultados. Es una pena, porque creo que De Rossi tendría la oportunidad de empezar de nuevo. Daniele» – casi siempre lo llama por su nombre – Gonzalo ha mantenido una buena relación: «Hemos hablado varias veces últimamente. Le dije que me hubiera gustado trabajar con él, y él dijo lo mismo de mí, le hubiera gustado tenerme en su plantilla. Tiene grandes ideas futbolísticas y estoy seguro de que se convertirá en un gran entrenador».
Sobre su relación con Paulo Fonseca en los tiempos de Trigoria cuenta:»Me sentí muy bien, en el campo devolví la confianza que me dio el entrenador. Jugué sin preocupaciones y con una sonrisa. Con Mkhitaryan, Pellegrini y Veretout, nos divertimos en el medio. Nos perdimos algunas victorias. Contra los grandes equipos, es una pena no haber vencido al United en las semifinales de la Europa League, sigue siendo un gran recuerdo. Con él (Fonseca), el Milan consigue un buen entrenador. No es un «nombre», sino un verdadero entrenador. Le deseo lo mejor, pero de corazón espero que la Roma pueda llegar incluso más alto que su Milan».
Sin embargo, Villar tuvo una relación más complicada con Mourinho:»Estar siempre veinte fechas en el banquillo es un duro golpe a nivel anímico. Con Mou no hubo chispa, sentí que desde el primer día había algo en mí que no le gustaba. Trabajé muy duro todos los días para tratar de tener una oportunidad». El tono se vuelve más intenso. Proverbialmente, «Me dejé el culo trabajando. Sin embargo, la oportunidad nunca llegó».
«Gonzalo, ¿cuál es tu sueño?». No lo duda ni un segundo: «Desde el corazón quiero volver a Roma: en el apogeo de mi crecimiento el camino fue cortado. Espero poder reabrir esa página algún día, siento que todavía tengo mucho que dar.»