El joven mediocampista de la Roma Gonzalo Villar ofreció una extensa entrevista a la eminente revista Española Panenka. El ex del Elche habló sobre varios temas entre ellos su estancia en Roma y la relación con Fonseca aquí un extracto.
¿Cómo llevas la situación actual? Casi nada más llegar te encuentras en la situación de confinamiento obligado en la que te quedas prácticamente solo.
Es una pena que con el poco tiempo que llevo aquí se diera esta situación, que es jodida para todos. Tenía aquí a cuatro o cinco amigos y tuvieron que salir corriendo porque habían decretado el Estado de alarma en Italia. Como es lógico, no se podían quedar por miedo a no poder volver a casa. Llevo solo 45 o 50 días, y, bueno, por suerte lo estoy llevando bien, pero sí es cierto que no es una situación agradable para nadie.
¿Te has adaptado bien a ello? Me comentabas antes de la entrevista que entrenabas en la terraza y quieras que no, acaba siendo extraño tener que ejercitarte así.
Bueno, yo me he adaptado bastante bien. Tengo la suerte o la capacidad que siempre he necesitado poco para para adaptarme a las cosas. Digamos que es una fácil capacidad de adaptación a lo que hay. Quejarte no te sirve de nada. Entonces, si tengo esto, pues tengo que usarlo. Con esta situación, tengo que aprovecharlo todo y tirar para adelante, y es lo que me ha llevado hasta donde estoy ahora.
También me has comentado que la Roma os ha proporcionado bicicletas estáticas, pesas y diferentes utensilios para entrenar de forma óptima.
Sí, estamos entrenando por videollamada y llevamos unas cintas donde a través de ellas nos monitorizan para ver la relación de nuestro cuerpo y si hemos entrenado o no. En general, la Roma es un club increíble. Llevo casi dos meses aquí y la verdad es que no tengo ninguna pega. Desde que llegamos por la mañana hasta que nos vamos después de comer, todo lo que hacemos allí, o al menos en mi caso, se disfruta. Es un club en el que ojalá pueda estar muchos años, significará que lo estoy haciendo bien. Nos cuidan mucho, preguntan cómo estamos, incluso nos traen la compra a casa para que no corramos riesgos.
En prácticamente dos semanas tu vida cambió por completo, de jugar en Segunda División con el Elche a debutar en Serie A con la Roma. ¿Cómo lo viviste? ¿Qué sentiste cuando pasó todo eso de manera tan rápida?
Es un cambio muy grande. Y realmente alguna vez me paro a pensarlo y digo: ‘he pasado de jugar en Segunda División a jugar en Serie A y no he debutado en La Liga’, no conozco a muchos jugadores que les haya pasado eso. Me parece algo muy bonito, porque mi sueño desde que tenía cuatro o cinco años era ser futbolista de Primera División y jugar en uno de los cuatro mejores equipos; se ha dado, pero en este caso en Italia, porque la Roma es uno de los cuatro grandes de Italia. Con 21 años es un gran cambio, pero es para lo que llevo trabajando y sacrificándome desde que era pequeño. Aparte de soñar con ello. Yo era prácticamente un obseso con el fútbol. Recuerdo que, con seis años, cuando mi tío Germán nos quiso llevar a mis primos y a mí a la feria, yo me negué porque le dije que tenía que entrenar. Me quedé yo solo en casa entrenando, chutando a la pared… Al final, cuando uno tiene un sueño, si trabaja para ello tiene más posibilidades de cumplirlo.
¿Cómo se llevó a cabo la negociación cuando la Roma vino a buscarte? Sabemos que el Valencia tenía una parte de tus derechos.
Mira, estaba en casa el 10 de diciembre y recibí una llamada urgente de mis agentes. Nos reunimos aquella misma tarde y me dijeron algo que nunca olvidaré: ‘La Roma va a firmar a Gonzalo Villar en enero’ [risas]. El club buscaba un centrocampista de mi perfil, y entre cuatro jugadores posibles, me eligieron a mí. Al cabo de un mes, me comentan que la situación ha cambiado por completo. Que Paulo Fonseca no quiere que fuera a final de temporada como estaba previsto, sino que me quería para ya. La negociación fue dura, porque Roma y Valencia se pelearon por mí. Hubo muchos nervios durante todo el mes de enero, ya que desde fuera todo lo que se lee y se escucha son rumores. Somos jóvenes y no es fácil llevar la situación, sobre todo con esa incertidumbre existente y mientras has de jugar al máximo nivel cada fin de semana. Al final, todo salió bien y por suerte estoy aquí, en Roma.
Supongo que una vez ya estuvo todo cerrado, debiste sentirte aliviado a la par que nervioso por aterrizar en uno de los grandes de Italia. Cuéntanos cómo ha sido tu adaptación a un vestuario con jugadores de la talla de Dzeko, Kolarov o Pastore.
Uno de los primeros con los que hablé fue el entrenador, Paulo Fonseca, que me comentó lo que quería de mí en el campo. Es un entrenador muy cercano, con las ideas muy claras. Los primeros días tienes que creerte que eres un jugador de ese nivel, aunque es cierto que cuesta asimilar que de la noche a la mañana pasas a jugar con futbolistas de la talla de Dzeko, Perotti o Zaniolo. Es algo que me sigue chocando todavía, porque soy un niño realmente. Es algo muy bonito, significa que has cumplido tu sueño, para lo que estás trabajando desde pequeño. Así que solo me queda disfrutarlo y, sobre todo, aprovecharlo.
El haber dado el paso tan joven a un club extranjero como la Roma dejando atrás el fútbol español, ¿es un paso para triunfar en este mundillo independientemente de la liga dónde juegues o te gustaría formarte para volver en plena madurez a la liga española?
En el mundo del fútbol no te puedes trazar ningún camino. Simplemente intento jugar de la mejor manera posible para cumplir mi sueño de jugar en primera división, que se ha cumplido ya, jugando en la Serie A. De momento estoy encantado, ojalá pueda estar muchos años aquí, en Roma. La gente ya me tiene mucho cariño aunque solo haya disputado cuatro partidos y hasta me llamaron algunos aficionados para comentarme que nunca me dejarán solo [risas]. Me encantaría jugar en España. Aunque quiero jugar en la liga española algún día.
Sabiendo lo que te pide Fonseca, ¿qué crees que te falta para mejorar más aún? Sabemos que la edad para un juego óptimo del centrocampista son 28 o 29 años y tú aún tienes muchos años para aprender. Eso siempre puede jugar a tu favor.
Llegar es muy difícil, y aunque he llegado a los 21, tampoco ha sido fácil. He hecho un salto muy grande y tengo un largo camino para mejorar aún. Me gustaría entender cada vez mejor el juego, conseguir tomar siempre la mejor decisión. También me gustaría mejorar mi físico, ya que la Serie A es una liga bastante física y es un apartado en el que nunca he destacado, creo que se me ha fichado por otras aptitudes [risas]. Desde que llegué aquí he hecho bastante gimnasio, llegando a ganar 2,2 kilos de músculo en un tiempo muy corto.