«Hoy ha sido bonito librarse un poquito.» Tomando como punto de partida las palabras de Pellegrini, el gol del capitano giallorosso ha sido un soplo de aire fresco. Después de unos meses turbulentos, el número 7 vuelve a marcar y, con un grito, saca toda la rabia que tiene dentro. Luego, un abrazo con Ranieri y unas palabras postpartido: «Siempre pienso en el bien de la Roma», que reflejan todo lo que ha estado llevando dentro durante estos meses y lo que realmente quiere como capitano e hincha del equipo de la capital.
Pero el 3-0 no ha sido solo un soplo de aire fresco para el capitano. La victoria en Europa League supone una clasificación más cómoda, con la vista puesta en los próximos dos partidos contra el AZ y el Eintracht Frankfurt. La segunda victoria consecutiva (algo que no ocurría desde abril) significa un aumento de moral, una autoestima más alta, el descubrimiento de «Pendolino» Saud y, esperemos, la disponibilidad de Hermoso por fin.
Ranieri, con Dovbyk a disposición, ha vuelto a confirmar a Dybala como falso nueve. Al igual que contra el Lecce, sus movimientos y las incursiones desde atrás de Pellegrini, Koné y Soulé han sido un dolor de cabeza para toda la defensa portuguesa. En un partido de 10, todos esperábamos algo más de Soulé. El argentino, en la primera parte, estuvo varias veces en fuera de juego, y en la segunda falló varias ocasiones claras de gol.
Concluimos con las palabras de Ranieri: «Estamos al principio de la historia, todavía nos queda un largo camino por recorrer.» Ya hay que pensar en el próximo partido contra el Como, porque la clasificación dice Roma 15 puntos, a 7 del Milan (séptimo), y no podemos pensar que dos victorias puedan resolver todos los problemas de este comienzo turbulento de temporada.