Sin gracias, el tiempo del perdón se acabó en Trigoria. Y todo lo que está sucediendo en Trigoria en estos días primero ha sorprendido, luego conmocionado y finalmente desconcertado a los Friedkins que nunca esperaron ver un «motín» del equipo por una decisión tomada por la directiva sobre un ejecutivo, en lugar de pensar en trabajar duro para redimir las dos malas derrotas que llegaron ante Lazio y Spezia.
Es la primera vez que los Friedkins siguen muy molestos por la Roma. Tras las malas derrotas ante Napoli y Atalanta pidieron explicaciones, se sorprendieron y se enojaron pero sin disgustarse y dejar la situación en manos del técnico. Esta vez el equipo se dio cuenta de la irritación del presidente, sobre todo porque se pensó que podía intervenir personalmente en el vestuario. También esta vez los Friedkins han dejado la situación en manos de Fonseca y Tiago Pinto, pero manteniéndose firmes en sus decisiones, según publica hoy Corriere dello Sport.
Uno ante todo, la despedida de Gianluca Gombar. El equipo había pedido la reincorporación a través de conversaciones con Fonseca y apelaciones en las redes sociales, sin responsabilizarlo por el increíble error de las seis sustituciones. Dan Friedkin y el club esta vez no escuchan excusas: cambia el director del equipo, llega Valerio Cardini y dicen adiós a Gombar. Más aún después de lo ocurrido ayer por la mañana, cuando el equipo decidió no salir al campo en protesta (no solo por Gombar sino también por malentendidos entre algunos jugadores y Fonseca) y retrasando tres horas los entrenamientos.
Y todo lo que ha pasado en los últimos días está dando lugar a importantes reflexiones dentro de Trigoria respecto al mercado de verano: a la alta cúpula de la Roma no le gustó para nada todo este asunto, tanto por el daño a la imagen del club (que está buscando patrocinadores y trabajando para renovar con Hundai y Qatar Airways) y por las actitudes de algunos jugadores que también se sienten por encima del club.