Un rumor de carácter internacional pone los reflectores en torno a la Roma, que ha entrado en el mes que decidirá su futuro. Entre prestanombres con un pasado cuestionable, directivos muy poderosos y mucho, mucho dinero, los Friedkins están tratando de verificar la concreción de una oferta hipotética de un grupo saudita cuenta el diario Corriere dello Sport.
Se habla de una cita fijada para pasado mañana (miércoles en Italia), mientras el equipo estará ocupado en Monza. Las partes podrán reunirse, si no hay impedimentos, en una locación de alto secreto. Si será una charla sin sentido, lo sabremos más tarde. Ciertamente algo muy serio se está moviendo.
La operación está siendo hilada, por intermediarios y quizás como posibles testaferros, serian dos personalidades que han recopilado expresiones de interés de un grupo árabe en Riyadh. Precisamente desde Arabia Saudita, en las últimas semanas había llegado una oferta monstruosa por Mourinho -120 millones en dos años para entrenar a la selección o a uno de los dos clubes de la capital-, cancelada luego con escepticismo por el técnico; Raffaello Follieri, un empresario sin escrúpulos de Puglia, que en los últimos años ya había intentado escalar en operaciones entorno a Palermo, Catania y Foggia, y quien jugaría un papel importante en la operación.
Follieri, nacido en 1978, se estableció en los Estados Unidos donde entabló importantes relaciones, enriqueciéndose durante el período de la burbuja inmobiliaria. Con la empresa fundada por su padre, el Grupo Follieri, a partir de 2003 reunió antiguas propiedades vendidas por el Vaticano en Nueva York para compensar el escándalo de la pedofilia y las transformó en edificios de prestigio. Así comenzó a salir con multimillonarios y políticos. Los Friedkins valorarían a la Roma en mil millones de euros.