Doscientos cincuenta días en el fútbol parece una eternidad. Y seguro que no pasaron rápido para Leonardo Spinazzola, quien todavía está fuera de los terrenos de juego desde aquel maldito (para él) 2 de julio de 2021. La grave lesión en el tendón de Aquiles le frenó en el apogeo de su fantástico torneo Europeo durante el partido de cuartos de final ante Bélgica, según cuenta hoy Il Tempo. Las previsiones de los médicos, era estar de baja entre siete y ocho meses, pero pasarán al menos nueve abundantes antes de volver a verlo, con suerte, dominar la banda izquierda.
Desde hace unos días el lateral de la Roma ha vuelto a entrenar con sus compañeros en algunas sesiones de trabajo, un primerísimo paso de cara a la vuelta real al trabajo grupo, cuya fecha ha sido aplazada en varias ocasiones y, a día de hoy, no está aún definida. Durante la próxima fecha FIFA, prevista tras el derby del 20 de marzo, se hará un nuevo balance de la situación con médicos y Staff. Y, por último, habría que establecer el día en que Spinazzola podrá volver a entrenar a pleno rendimiento. Contando al menos un par de semanas de trabajo con el equipo, para una convocatoria de Mourinho, no se habla hasta finales de abril. Salvo otros contratiempos. Esa no sería la primera.
La recuperación de Spinazzola estuvo marcada por varios problemas
De hecho, el largo camino de recuperación de Spinazzola estuvo marcado por una serie de «paradas y arranques». Dejando a un lado la ilusión de poder jugar un remanente de partido a finales de 2021 -una idea trasladada al jugador solo para motivarle y tranquilizarle, iniciativa que Mourinho no apreció-, el lateral tuvo que lidiar con las consecuencias de la lesión y de la compleja cirugía realizada en Finlandia por el especialista Leimpanen. Unos taconazos en el terreno de juego, ejercicios con balón, sensaciones positivas y luego el golpe: hinchazón de tendones, dolor y de nuevo mucha fisioterapia y nada de terreno de juego. Altibajos que se repetían una y otra vez. Spinazzola perdió la confianza, pidió opiniones y, en cierto momento, temió tener que volver a pasar por el quirófano para solucionar el problema definitivamente según Il Tempo. Un escenario que ahora parece afortunadamente superado, con el optimismo que poco a poco viene volviendo desde hace unos días. La Roma se ha puesto el alma en paz desde el primer momento, con el objetivo de recuperar al chico con la mayor cautela posible.
Tiago Pinto compró Viña en verano y sumó al multifuncional Maitland-Niles a la plantilla en enero. Después de que las esperanzas iniciales resultaran solo ilusiones -Spinazzola había sido incluido en la lista de la UEFA para el grupo de la Conference League-, Mourinho desistió de la idea de no poder contar con el titular del carril izquierdo durante casi toda la temporada. Fue el Special One en la sala de prensa el que arrasó con la prisa sin sentido que se estaba extendiendo por el regreso del chico: «Si vuelve en abril o mayo estaré contento», dijo el entrenador hace un par de meses y su pronóstico es es resultando ser perfecto. Luego le tocó al médico y al fisioterapeuta de la Selección hipotetizar el regreso de Spinazzola a sus niveles para el inicio de la próxima temporada, quizás exagerando un poco en el pesimismo porque en Trigoria todos siguen convencidos de que de aquí al final de la campeonato el extremo de Umbría revisará el campo. Otros diez días y la imagen será más clara. Recuperar a «Spina» para la carrera final no deja de ser un bonito regalo.
