En Tirana volvió a encontrarse con viejos amigos. Almorzó con el primer ministro albanés, gozó y sufrió en la grada junto a su hijo Cristian. Francesco Totti fue una de las estrellas de la noche del miércoles, pasando dos días con sus compañeros del Scudetto Candela y Aldair.
Pero también fue a Tirana con sus viejos amigos, Giancarlo Pantano y Candido Monacelli. Hubiera querido jugar esa final. Se perdió un trofeo europeo con la camiseta de los giallorossi. En los últimos meses Totti se ha convertido en un habitual de los partidos de la Roma. El entorno de Francesco empuja por su regreso al conjunto capitalino. Saben cuánto le pesó haber tenido que dejar el club, en un momento en que los ejecutivos de la época lo habían arrinconado. Pero cuando le preguntan cuál es la situación, no responde a nadie, ni siquiera a las personas en las que más confía.
Ahora y según Corriere dello Sport el gran regreso no parece imposible y en los últimos tiempos ha habido aperturas por parte de Totti, mientras que los Friedkins no están dejando escapar nada. Los tiempos de una vuelta a la sociedad para el capitán aún no están listos, pero se ha avanzado mucho en los últimos tiempos, tanto que Francesco respondió recientemente a la hipótesis de una vuelta: «Para cerrar un matrimonios hace falta que las dos partes estén listas».