Toninho Cerezo cumple 65 años. El brasileño hizo que forma parte de la historia de la Roma, incluso a nivel «cinematográfico». El ex mediocampista, que vistió la camiseta Giallorossi entre 1983 y 1986, habló a los micrófonos de la televisión oficial de Roma:
Si piensas en tu vida, ¿qué recuerdos te vienen a la mente?
En este momento de mi vida pienso en mi familia, mis nietos, pero cuando se trata de la Roma es una discusión más amplia. Hay muchos amigos míos allí, jugué tres años en la Roma, pero por lo que creo, seguí pensando en los fanáticos de la Roma. Es difícil olvidar a la Roma, la ciudad y los romanos. Los romanos parecen un poco brasileños. Ahora tengo 65 años y pienso en la suerte que he tenido jugando fútbol, jugando muchos años en Italia, en la Roma y en la Sampdoria.
Roma
Empecé a entrenar, Eriksson ya tenía otros pensamientos y jugadores para contactar, pero esto es normal en el fútbol. Estuve tres años en la Roma y me gustó la ciudad, me habría quedado feliz. Tenía un contrato con el AC Milan listo, pero luego no se hizo nada. Al final de mi contrato con la Roma, el club tenía otros planes y no sabía a dónde ir. La única oportunidad que tuve fue jugar bien la final de la Coppa Italia contra Sampdoria. Quería jugar, pero este «tonto» de Eriksson no quería que jugara y me dio un discurso completo para convencerme. Me preguntó si quería sentarme en el banco y yo, como profesional como siempre he sido, acepté. En el fútbol llegué a donde quise por esta actitud. También aproveché la oportunidad para saludar a los fanáticos. A 5 minutos del final, Eriksson me pidió que entrara. Me puso en el campo sin calentar. Tuve una fortuna tan grande que en 5 minutos logré anotar un gol y ganar la Copa de Italia para la Roma, ante la Sampdoria, el equipo en el que jugué durante muchos años. Fui a ver a los fanáticos para saludarlos y despedirlos.
Cinco minutos que significaron mucho para ti.
Lo mejor fue ver la satisfacción de los compañeros de equipo, que me miraron y estaban felices tal vez más por mí que por la Copa de Italia. Sabían que esos serían mis últimos 5 minutos en la Roma. Muchas veces me digo que he tenido mucha suerte.
Roma-Liverpool.
Recuerdo que, después de que terminó el juego, me quedé para ver a los fanáticos de Roma cantar «Grazie Roma», ese momento sigue siendo inolvidable para mí.
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