Desde hace unas horas, Paulo Dybala es nuevo jugador de la Roma. El argentino se fue de la Juventus a título gratuito y recibirá 4,2 millones netos más bonos en los Giallorossi, mientras que las comisiones ascienden a 4 millones, o el 10% del salario, en línea con la nueva filosofía empresarial de los Friedkin con el pago repartido en los años.
En el contrato firmado por Dybala con la Roma también hay una cláusula de rescisión de unos 20 millones, la misma cláusula que su entorno ha colocado de manera imprescindible en toda negociación, por tanto también estuvo sobre la mesa con el Inter y el Napoli. No existen precios diferentes de la cláusula para algunos clubes, es única para todos. Además, al haber aceptado un contrato inferior con la Roma, se convierte en una especie de «asociación» con el club. En este caso, un porcentaje de la cláusula será a favor del jugador si la ejerce otro club.
El detalle importante, sin embargo, es que la Roma se ha reservado el derecho de resolver esta cláusula a su favor en algunos casos y por lo tanto de bloquear su traspaso a otro club a través de ciertos parámetros. Así que si otro club quiere ejercer la cláusula, los giallorossi tendrán la posibilidad de bloquearle con intervenciones articuladas, como aumentar el salario del jugador o ampliar la duración del contrato.