La cuenta regresiva ha comenzado, la era de Mourinho está a punto de comenzar así escribe Jacobo Aliprandi en Corriere dello Sport. La semana que viene el Special One aterrizará en la capital para iniciar su nueva aventura con la Roma, que incluye presentación, inicio de la pretemporada y amistosos. La afición está emocionada, al igual que los empleados de Trigoria que en los últimos meses han pulido el Fulvio Bernardini y completado las renovaciones de la oficina del nuevo entrenador que estará junto a la del Friedkin justo alado de los campos del centro deportivo.
Todo está listo, solo hay que esperar unos días antes de ver – presumiblemente – al técnico que, para evitar el aislamiento a su llegada, ha decidido pasar los últimos días de vacaciones (y trabajo, tanto con la Roma como comentarista de la Euro ) en Portugal. El ministro de Salud, Roberto Speranza, ha lanzado una nueva ordenanza con la que se ha introducido una cuarentena de cinco días -con la obligación de un PCR- para quienes lleguen a Italia desde Gran Bretaña. También por este motivo Mourinho dejó hace días su casa en Londres para trasladarse a Portugal donde no hay restricciones por la variante Delta.
El Special One, que en cualquier caso estará sujeto a todos los controles anti-Covid cuando aterrice en Ciampino, espera comenzar su nueva vida en Italia. Desde hace unas semanas, junto a sus colaboradores, también ha intensificado la búsqueda de una casa: quiere vivir en el centro de la ciudad, disfrutar de la capital y por eso ha visto un gran piso en la Farnesina (en la misma zona que Paolo Bonolis) y algunas villas en el norte de Roma y Monteverde. Será difícil verlo en Casal Palocco, fuera de la ciudad pero cerca de Trigoria, pero más fácil verlo en coche en la carretera de circunvalación para cruzar la ciudad y llegar al Fulvio Bernardini.
Unos días después de su desembarco, comenzarán los trabajos. Pero primero Mou, su staff y toda la plantilla de la Roma deberán someterse a reconocimientos médicos de aptitud deportiva, que siempre se han realizado en Villa Stuart pero que en esta circunstancia (existe el riesgo de tertulias) podrían realizarse en una estructura más cerca de Trigoria y lejos de miradas indiscretas. La pretemporada comenzará el 6 de julio, luego aproximadamente un mes de concentración. Las primeras semanas, las de la preparación propiamente dicha, serán en Trigoria, luego Mourinho quisiera llevar a todos al exterior para aislar al equipo y dejarlos trabajar en la relajación (y tal vez en la calma). La directiva está estudiando la opción de Portugal, así como Austria: el destino se decidirá a finales de esta semana.
Antes de partir, por supuesto estará la tan esperada presentación oficial de Mourinho. Primero con la prensa, al comienzo de la pretemporada, luego con la afición. Ante el gran golpe, incluso en los medios, el club quiere hacer las cosas a lo grande y crear una presentación que tenga visibilidad mundial. Aún se debe conocer si será un evento separado o en un pre-partido. La Roma ciertamente quiere jugar al menos un partido amistoso en el Olímpico con la afición: el domingo 25 de julio el equipo podría jugar su primer partido bajo la dirección de Josè Mourinho. Y sería una fiesta para celebrar a Mourinho, naturalmente bajo la mirada de los Friedkin que vería a una parte del público en el estadio por primera vez desde su llegada. Todo está listo para el Special One, los fanáticos ya no pueden contener la emoción.
