De los goles de Dybala a los despejes de Smalling, pasando por las aceleraciones de Zaniolo y las ayudas de Cristante. En estos días finales del mercado de invierno, la Roma está trabajando duro para asegurar no solo el presente, sino también el futuro. Solo que en este caso estamos hablando de renovaciones cuenta Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport.
Con ese póker de jugadores sobre el que los giallorossi quieren construir mañana en Trigoria, empezando por el futuro inmediato. En lo que va de temporada, la Roma ha formalizado la renovación de Mancini (hasta 2027), pero podrían llegar dos más en los próximos meses. Si no más.
Es obvio que el más importante de todos, al menos desde un punto de vista temporal, es el de Smalling. En el contrato actual, el inglés tiene una cláusula con renovación automática al llegar al 50% de partidos de temporada (potencialmente son 29 si la Roma llegara al final de ambas copas, hasta la fecha Chris ya ha jugado 24), pero el derecho a desencadenar la cláusula está en manos del jugador.
Hace unos días estuvo en Trigoria su agente, James Featherstone, para entender la situación, junto a Tiago Pinto que hace diez días decía: «Hay voluntad de avanzar por ambas partes». Salvo que Smalling quiere al menos un contrato de dos años con las mismas cifras (3,5 millones más bonificaciones), mientras que la Roma querría un acuerdo a la baja.
La renovación de Bryan Cristante, en cambio, es un hecho, solo falta que se haga oficial. El centrocampista pronto firmará un acuerdo hasta 2027. Mientras tanto, sin embargo, hay un jugador que ha entrado en el corazón de la gente exactamente como la gente ha entrado en el suyo. Hablamos obviamente de Dybala, que parece haber renacido en Roma y tiene contrato hasta 2025 (con opción a un año más). Existe la famosa cláusula de 20 millones de euros que, sin embargo, no se aplica a Italia.
Y luego está la cuestión milenaria de la renovación de Nicolò Zaniolo, que lleva casi un año. Hubo algunas reuniones con Vigorelli, el agente, pero nunca llegó el visto bueno para la firma por parte de la propiedad. Llegar a junio con esta situación puede ser peligroso para Roma.
