Uno sólo jugó el tiempo añadido contra el Cagliari, el otro permaneció en el banquillo durante todo el partido contra la Juventus. Fueron dos legionarios de la primera etapa de la dirección de De Rossi, de repente se convirtieron en jugadores complementarios. La historia de Stephan El Shaarawy y Leandro Paredes representa en cierto modo el apéndice de la revolución de verano: se aferraron a los cimientos, convencidos de que podían participar en el programa de remodelación del edificio. Pero el inicio de temporada fue muy frustrante para ambos cuenta Corriere dello Sport.
Mientras tanto, El Shaarawy incluso perdió su puesto en la selección nacional italiana, que Paredes retuvo al menos temporalmente. Según De Rossi, ‘El Faraón’ desapareció precisamente por una lesión sufrida con los azzurri durante la Eurocopa y ante Suiza. Quizás después del parón de septiembre sepamos si jugará en Génova. Ahora que se siente bien y pide su espacio. Después de todo, nadie le pidió que se fuera.
Paredes ya habría decidido que regresará a Argentina al final de la temporada para jugar en Boca. Ante este programa sentimental, rechazó la oportunidad de un contrato muy rico en Arabia Saudita. Igual que su amigo Dybala, pero con menos dudas y, por tanto, menos repercusión mediática. En Trigoria le habrían dejado salir de buena gana con vistas al rejuvenecimiento general, pero él prefirió quedarse un año más en el equipo europeo que más quería. Para recuperar el protagonismo de hace unos meses, cuando marcó dos penales en Leverkusen, tendrá que demostrar que sigue siendo un director digno de la selección campeona del mundo.