Lleva casi un mes sin jugar porque la lesión en el bíceps femoral le obligó a parar a finales de octubre. Sin embargo, la sonrisa de Leonardo Spinazzola siempre está ahí. Hoy estará en Trigoria donde la Roma retomará los entrenamientos por la tarde antes de volar a Japón el martes según cuenta Corriere dello Sport.
En esta semana Spinazzola no ha salido prácticamente nunca de casa porque siempre ha trabajado y hecho fisioterapia para recuperarse de la lesión muscular. Para él, pues, que volvió al campo el pasado mes de abril, estos meses serán fundamentales para echarle leña a las piernas y confianza a la cabeza y luego, a partir de enero, ser ese lateral que consiguió cambiar la cara del equipo incluso sin ayuda.
Esta temporada solo marcó la diferencia ante el Inter, con la asistencia a Dybala, luego nunca ha logrado ser tan decisivo como en el pasado. Al contrario, sin embargo, de los que buscan excusas, Spinazzola admitió que las cosas no fueron fáciles: “Creo que esta lesión es una de las peores para un futbolista. También es el peor para mis características que dependen de la velocidad. Falta algo en el apoyo, cuando tengo que ir de antepié, pero trato de recuperar lo máximo posible». El presente llama, Leonardo ya no quiere perder el tiempo.