Solo falta la oficialidad para la apertura del Estadio Olímpico de cara a la final entre Roma y Sevilla. Según informa La Gazzetta dello Sport, el gobierno de la capital italiana acaba de firmar el permiso que autoriza la apertura del estadio tras una petición de la directiva del club y Sport e Salute, empresa que gestiona la instalación y ya trabaja con sus expertos para preservar el césped de cara al partido contra el Spezia el domingo 4 de junio.
Todas las hipótesis anteriores – piazza del Popolo, Circo Massimo, piazza San Giovanni – han sido descartadas con el paso de los días porque el Municipio consideró que tenían demasiado impacto en los ciudadanos. El año pasado, la fase de venta se dividió en dos: la primera con suscripción preferente y la segunda con venta libre.
En la pista de atletismo están previstas a instalar unas seis pantallas gigantes, dos por cada tribuna y otras dos bajo la Curva Sud y la Curva Nord respectivamente. Potencialmente, el club giallorossi podría presumir de un nuevo sold-out, el 33º, esta vez sin jugadores sobre el terreno de juego pero sí en vídeo.
La hipótesis de que sea el Olímpico donde se organice todo también se ha abierto paso por una mera cuestión de orden público. Las entradas y salidas son pan de cada día para los acostumbrados a gestionar los partidos semanales de Roma y Lazio y el evento se gestionaría con todos los aspectos de seguridad propios de un partido de liga o copa. En cambio, sería más complicado afrontar las celebraciones por el regreso del equipo de Budapest. Con la fiesta de la República el 2 de junio, de hecho no habría espacio para el Carnaval improvisado que bloqueó el cuadrante San Giovanni-Colosseo-Circo Massimo hace un año.
En el Olímpico será el único lugar de la ciudad en el que se podrá seguir el partido de manera colectiva. No está prevista la llegada del equipo en caso de resultado positivo del partido.