Última aparición: 1 de septiembre, Roma-Milan 1-2. Vuelta estimada: tras la fecha FIFA de octubre. En el medio, el silencio que esconde un problema. Hay una verdad incómoda de la que se habla a regañadientes en Trigoria: Chris Smalling no se encuentra bien, aún no está recuperado y no puede entrenar cuenta Corriere dello Sport.
Llamativas fueron las palabras de Mourinho, tan diferentes en contenido de una semana a otra: antes del partido contra el Empoli consideraba improbable pero posible una recuperación de su líder defensivo, al menos para tenerle en el banquillo; Después del viaje a Turín, sin embargo, con una sonrisa amarga admitió que no era optimista sobre un regreso rápido.
El caso es que Smalling ha estado sufriendo desde el inicio de la preparación de verano. A lo largo del verano manejó un problema ya crónico -no muscular sino tendinoso, en una parte del cuerpo que ya le había dado problemas en el pasado- que le impidió realizar una preparación completa. Esto quizás explique su pésimo comienzo de campeonato: en las tres primeras jornadas fue uno de los peores de la Roma, entrando como protagonista negativo en al menos tres goles encajados por Rui Patricio. Pero ahora sabemos que había una razón: si la condición física de un atleta no es buena, el rendimiento inevitablemente se ve afectado.
Volviendo a la actualidad: durante el parón de septiembre, Smalling siguió un programa de rehabilitación personalizado, alternando con algunos intentos de correr sobre el terreno de juego. Pero el dolor no desapareció. De ahí la idea, compartida con Mourinho y el cuerpo médico, de parar hasta que esté totalmente recuperado. No hay ninguna brecha interna en este frente. En todo caso, un poco de preocupación porque Smalling, recién salido de una rica renovación de contrato, ya no es un niño: cumplirá 34 años en noviembre.
