Paulo Dybala disfruta de sus vacaciones en Nueva York, paseando por los barrios más emblemáticos de la Gran Manzana, recorriendo los lugares emblemáticos y jugando al ajedrez en Central Park. Un juego que le apasiona, táctico y estratégico como el fútbol.
En un tablero verde y rectangular, él sería la pieza más importante: la reina, o el general, como se le conocía antes de la llegada del ajedrez a Europa. Es el mediapunta, se mueve con libertad por el tablero y, por lo tanto, es peligroso contra todos los rivales. Y es por ello que quien pronto empiece a mover las piezas amarillas y rojas no prescindirá de la Joya. Al menos no por voluntad propia. Imaginen si Gian Piero Gasperini, como primera medida a su llegada a Fulvio Bernardini, si acepta la propuesta de Friedkin, decide deshacerse del jugador con más calidad de la plantilla: sería un autogol sensacional, para el vestuario y el entorno, que un entrenador experto como él ni siquiera consideraría. En resumen, Gasp no piensa perder a su reina, no piensa privarse de un jugador de calidad, líder del vestuario e ídolo del ambiente asegura este viernes el Corriere dello Sport.
El entrenador respeta a Paulo y fue él quien lo catapultó al fútbol italiano cuando entrenaba al Palermo y aquel chico recién llegado de Argentina debutaba en el fútbol de élite: «Fue una grata sorpresa porque lo vi hacer en los partidos lo mismo que hace en los entrenamientos. Es una gran promesa, pero no nos engañemos: tiene 19 años y puede haber algunos partidos malos». Así, hace trece años, Gasp hablaba del pequeño Joya, que acababa de marcar sus primeros goles en la Serie A, un doblete contra la Sampdoria el 11 de noviembre de 2012. Fue una temporada de sufrimiento para el Palermo que descendió, pero muy importante para Paulo entre su adaptación a Italia y la Serie A.
A lo largo de los años, sus caminos solo se han cruzado como rivales, pero en cualquier caso, Gasperini siempre ha tenido palabras de admiración para el talento sudamericano: «Paulo es un grande, un jugador predestinado cuando lo tenía de rosa. Hubiera preferido que siguiera de baja por lesión», admitió en 2021 antes de enfrentarse a la Juve.
La Roma de Gasperini, por lo tanto, volvería a ser titular con Paulo Dybala. Esto es lo que espera el entrenador, pero también lo que espera el delantero argentino, quien, tras la renovación automática por una temporada, ahora espera la llamada del club para ampliar su contrato y distribuir el importante salario de unos siete millones netos. Esto también podría convertirse en una nueva partida de ajedrez en la que Paulo siga siendo el peón más importante.