En Alemania se habla de Mats Hummels como en Italia de Totti. Y también pasa con su divorcio de su esposa Cathy y su vida privada, siempre bajo los focos y en el punto de mira. Para Mats, la época no es la mejor, ni desde el punto de vista deportivo ni humano, y el terreno de juego, naturalmente, se resiente cuenta este jueves Corriere dello Sport. Campo que no vio salvo en apenas veintitrés minutos disputados en el Franchi, salpicado de un gol en propia puerta. La mala suerte recae entonces enteramente sobre los que están en dificultades, y como si la negatividad que envuelve al equipo, su falta de condición atlética y los presuntos problemas extrafutbolísticos no fueran suficientes, llegó el ataque de gripe, el segundo en dos meses.
A Hummels le cuesta por ponerse en la forma adecuada debido a una condición atlética insatisfactoria, pero no sólo eso. Según informan desde Alemania, hay un problema ajeno al fútbol involucrado que no le está ayudando. La exmujer, meses atrás, había dicho que no sería fácil gestionar a su hijo entre Italia y Alemania: «Pero Mats es un padre muy presente y no tendremos problemas». No es casualidad que cada vez que puede coja el avión y vuele a Alemania para ver a su hijo. No sólo eso: en una larga entrevista con Bild, la exmujer de Mats contó muchos detalles de su separación y de cómo, debido a una forma de depresión, «ya no podía darle amor».
Pues bien, según los medios alemanes, al defensa no le resulta fácil gestionar este cambio de vida, más aún cuando el espectro del retiro está cada vez más cerca. Y esto contribuiría a sus dificultades para consolidarse en esta nueva aventura italiana. Ayer Mats regresó a la capital, hoy ha vuelto a entrenar con el resto de sus compañeros.
Capítulo Hummels. Es un caso real y que irá al banquillo también para el partido fuera de casa en Nápoles cuenta por su parte el diario Il Tempo. Después de aplazar hasta ayer su regreso a la capital por la fiebre que le mantuvo en Alemania, hoy el exjugador del Dortmund estuvo sobre el césped para retomar los entrenamientos, pero todo dependerá de su estado físico.
El técnico desde su llegada se abrió inmediatamente a la posibilidad de dar espacio al central, lo que permitiría mantener la defensa en 3, pero queda por evaluar realmente su condición física, que en las últimas semanas no han lucido bien. Probablemente para Juric no fue sólo una «elección técnica», sino que además los datos del defensa no eran satisfactorios para confiarle la dirección de la retaguardia. Nada es seguro, especialmente para el futuro próximo en los Giallorossi.