La Roma tiene una fortuna y un patrimonio. La suerte es volver rápido al campo, en una velada con motivaciones, sin rumiar al tonto noruego. El patrimonio es el de una afición fantástica (aparte del señor que ayer fue expulsado por racismo): casi 400 personas estuvieron ayer en Bodo y cantaron durante todo el partido, si podemos hablar del partido escribe Roberto Maida en el Corriere dello Sport.
Ahora Mourinho, que ha reavivado un volcán que hibernaba desde un gris de varios años, tiene la tarea de no detener la lava de la pasión. Ya ayer alguien en la curva no se lo tomó bien y lo manifestó directamente a los jugadores. Las condiciones para revertir la situación están ahí, si analizamos la espera del caliente Roma-Napoli. Ya son 45.000 aficionados los que se han asegurado plaza en el Olimpico, aprovechando la ampliación del aforo al 75%.