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Se desplegarán 1.500 policías en el corazón de la capital de cara a los próximos eventos; emitida una ordenanza antialcohol muy severa

Fuerzas policiales patrullan el centro de la Ciudad Eterna y reprimen contra el alcohol. Roma se prepara para acoger en un par de días dos acontecimientos de gran repercusión pública. Un río de gente en un momento histórico delicado, escribe Giuseppe Scarpa en La Repubblica.

Por ello, se desplegarán 1.500 policías, carabineros, autoridades de la seguridad financiera y policías de tránsito para vigilar el corazón de la ciudad. Entre hoy y mañana el centro de la ciudad sufrirá una doble invasión: el 1 de mayo para la Concertone, el Día del Trabajo, y el 2 de mayo para la semifinal de la Europa League con cuatro mil aficionados alemanes del Bayer Leverkusen, que descenderán a la capital para el partido contra los Giallorossi. Desde el punto de vista de la seguridad, la prefectura capitalina emitió una ordenanza antialcohol muy severa, parcialmente atenuada ayer, ya que originalmente prohibía servir alcohol en botellas de vidrio, incluso en restaurantes y bares del centro. Podrán servirlos, pero sólo en el interior, no a los clientes sentados en las mesas de las terrazas.

Por lo demás, las limitaciones en el corazón de la capital siguen siendo las mismas. Es decir, se prohíbe el “transporte, venta y retirada de bebidas de cristal”, con la única excepción de los “artículos de primera necesidad”. Luego agua y zumos de frutas. La prohibición entra en vigor a las 7 de la mañana de esta mañana y hasta las 2 de la madrugada del 2 de mayo en los alrededores del Circo Máximo y desde las 13 de la tarde de esta tarde hasta las 2 de la madrugada del 3 de mayo en el centro histórico.

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