Paradigme

Se cumplen 30 años del debut de Totti en Serie A con el Roma; la historia de aquel día

Totti significaba todo para la Roma. Sus últimas palabras como jugador, en aquel discurso del 28 de mayo de 2017, aún resuenan por las calles de la ciudad. 70.000 personas acudieron a despedirle. Pero más que celebración, aquella tarde había un aire de luto en el Olímpico. Porque cuando a un pueblo se le priva de su líder, le cuesta pensar en un futuro mejor.

785 partidos, 307 goles. Todos con la misma camiseta, con los mismos colores. Historia repetida un millón de veces, pero la grandeza nunca suena repetitiva. El Scudetto de 2001, el Mundial de 2006, estadios de todo el mundo en pie para aplaudirle. Pero para llegar a tocar el cielo, Francesco Totti tuvo que recorrer un largo camino. Y todo comenzó el 28 de marzo de 1993 en el estadio Rigamonti de Brescia.

El debut de Totti en la Serie A

Faltaban tres minutos para el final del partido y la Roma, gracias a los goles de Caniggia y Mihajlovic en el primer tiempo, gana 2-0 en el Rigamonti. Vujadin Boskov, entrenador de los giallorossi, mira a Rizzitelli cuando pasa cerca del banquillo: «Vamos, Ruggiero, dejemos entrar al chico«. Ese muchachito tenia 16 años y medio, y el día anterior había marcado un doblete -menor de edad- con el Primavera. Marcó en el primer tiempo, porque en el descanso lo llamaron los entrenadores: «Dúchate, vete mañana viajas a Brescia con el primer equipo».

Para aquel partido de visitante ante los biancoazzurri, los Giallorossi tenían a sus hombres contados: Piacentini y Carnevale no estaban en la lista por sanción, Carboni, Petruzzi y Hässler lesionados mientras que Muzzi estaba tocado. Hasta aquel día Totti nunca habia entrenado con el primer equipo, como mucho en unas cuantos encuentros en Trigoria.

La lesión de Hassler dejó a Boskov sin otra opción. Y lo que parecía una simple convocatoria eventualmente se convierte en el sueño de su vida. Sale Rizzitelli, entra Totti. El chico debuta en la Serie A. «No recuerdo a Francesco en ese partido, pero si en todos los entrenamientos que jugó con nosotros el jueves«, dijo el propio Ruggiero Rizzitelli, delantero de la Roma entre el ’88 y el ’94, hace algun tiempo Sky Sport. “No era el único que ascendía de vez en cuando del sector juvenil, pero seguro que tenía algo diferente a los demás”.

Final mente Francesco ingreso al campo en lugar de Rizzitelli, corría el 87′. «Tuve tiempo de tocar un balón, lo lleve a la bandera del córner para ganar algunos segundos preciosos. Entonces el árbitro Boggi pito el final, y confundido me di cuenta de que había jugado en la Serie A». Cuenta en su autobiografía el diez, “Un capitano”, escrita junto a Paolo Condò y que inspiró la serie “Speravo de morì prima” dedicada a su vida, la cual fue emitida en exclusiva por Skysport.

De la banderilla del córner a bandera de la Roma

Le siguieron otros miles de momentos inolvidables, capítulos de una carrera legendaria llena de récords que son aún más preciados porque todos fueron conquistados con la misma camiseta. Para el debut como titular hubo que esperar unos meses más (15 de diciembre de 1993, en la Copa de Italia ante la Sampdoria, con Mazzone en el banquillo), luego el primer gol en la Serie A (4 de septiembre de 1994, en Foggia), primero de 250 en 619 partidos (obviamente plusmarquista de la Roma, también es el jugador italiano que más ha marcado con el mismo club), el brazalete de capitán, el scudetto, el título de máximo goleador y la Bota de Oro, las victorias y caídas, la lesión y la recuperación. Todo encerrado en 25 temporadas convirtiéndose en un mito, una bandera. Una bandera «nacida» en el banderín de un córner.

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