Walter Sabatini vuelve a hablar. De Roma y más allá, como lo hace a menudo. Esta vez lo hizo ante los micrófonos de la emisión de ‘Cose da Roma’ en Back to the Football TV. Estas son las palabras del exdirector deportivo
Su libro «Mi fútbol furioso y solitario», publicado por Piemme, verá la luz el 11 de abril. ¿Cómo surgió este libro tan esperado?
“Es algo que escribí de una vez entre julio y agosto porque tuve una crisis de identidad, no estoy acostumbrado a no trabajar en esos meses. Tomé la pluma en la mano y comencé a escribir casi por diversión, luego la pluma se me fue y salio un libro, repaso mi vida, como empece a jugar, con quien y con que supuestos, es una incursión en mi vida no solo como futbolista y directivo sino como ser humano, con muchas dudas y muchas preguntas «.
¿El próximo joven italiano destinado a dar que hablar?
«Pafundi sin duda. Mira cómo Pafundi mueve el balón. Mueve el balón como un artista, es rápido, impredecible, técnico, tiene todas las cualidades. Creo que será el próximo gran jugador italiano y estamos hablando de un niño, es un 2006».
¿Cómo elige entrenadores y jugadores según Sabatini?
“Para los entrenadores la primera condición es que el equipo juegue bien y se dedique al ataque, por ejemplo el Lille de Rudi García jugó un fútbol extraordinario, muy proactivo. Para los jugadores cuentan otras cualidades pero sobre todo cuenta el instinto, yo cuando siento un jugador debajo de mi piel, así que no me equivoco. He cometido muchos errores, pero cuando veo a un jugador y entiendo que es «el jugador» lo ficho sin demasiadas comparaciones ni dudas. veo una parada bien orientada, que corta la primera línea de la defensa contraria y ya estoy emocionado, ya creo que es un jugador a fichar».
Cuál es tu idea de Kvarhaskelia, la revelación de este campeonato que sorprendió un poco a todos.
“Para mí también fue una sorpresa, en el Nápoles estuvieron muy bien. Es un jugador de inmensas posibilidades, cuando toma el balón puede pasar cualquier cosa”.
En su experiencia como director deportivo de la Roma estuvo muy cerca de comprar a Cuadrado, en ese momento en el Udinese.
“Mucho, por Cuadrado tenía un acuerdo con la familia Pozzo, estaba todo perfilado para cerrar la operación. Luego estaba la aceptación incompleta por parte del entrenador de esta compra y tuve que desistir”.
¿Un arrepentimiento en tu carrera?
“Si de algo me arrepiento es de no haber ganado el Scudetto con la Roma. Realmente lo hice por una cuestión de fe, pensé que me lo merecía y que el cuadro se lo merecía. No lo logramos, a pesar de haber sumado 87 puntos en una temporada, un puntaje que es suficiente para ganar el scudetto en cualquier momento pero en esos años la Juventus anotó más de 100. Todavía hoy siento un fuerte pesar, incluso podría decir dolor, ganar el scudetto con Roma hubiera sido lo más importante. de mi vida. Además de fuerte, la Roma era divertida, con jugadores de primerísimo nivel. Menciono a uno que nadie recuerda: Seydou Keita. Un jugador extraordinario, un jefe silencioso, siempre proactivo en el campo, ganando en placajes. Un gran jugador».
¿Cómo habría visto a Matic en ese equipo?
“Matic es un jugador muy fuerte, puede jugar en cualquier Roma, del pasado, del presente e incluso del futuro. Tiene una excelente capacidad de pase, sus tiempos son excelentes”.
¿Un juicio sobre el momento de Abraham?
«Abraham es un jugador que tiene grandes cualidades pero necesita encontrar otra dimensión psicológica, necesita calmarse. Siempre me parece demasiado nervioso, al borde de la histeria. Si capitalizara todas sus energías solo para el juego, se convertiría en un delantero centro extraordinario, lo veo siempre muy estresado, no aguanta las decisiones arbitrales, no aguanta los errores, no tanto los de sus compañeros como los suyos propios, un futbolista debe tener otra tranquilidad. es querido por el público, basta media jugada para desatar un rugido, debe capitalizar esa energía”.
¿Son los tiempos propicios para una paz entre Totti y Spalletti?
«Sería bueno, sería bueno especialmente para la gente, fue desgarrador. Incluso si las cosas terminaran ahora, sería bueno, me encantaría».
