Cuarenta y cuatro, seguidos de seis, con el resto de dos. No, no son los famosos gatos, sino algunos de los números de la jovencísima experiencia de De Rossi en el banquillo de la Roma. Han pasado 44 días desde el 16 de enero de 2024, cuando Daniele inició su segunda carrera -la que años atrás identificó como su único arrepentimiento- en el equipo de su corazón, al que amará siempre y para siempre. Se han disputado 6 partidos de campeonato en este mes y medio, con 5 victorias en su haber y una derrota -por puntos no tan merecidos- contra el Inter de Inzaghi, líder de la categoría. Los 2 restantes, sin embargo, son los disputados en la Europa League, con el doble partido ganado en los penaltis -tras dos 1-1 entre ida y vuelta- ante el Feyenoord, con el pase arrebatado para los octavos de final y el estribillo reiterado: Roma sí y Feye no.
Estos son los primeros y resumidos datos que surgen del campo. Serían suficientes, tal vez, para ilustrar la calidad del trabajo realizado en tan poco tiempo, pero para reforzarlos está la media de puntos en la Serie A -la Roma en el parcial con DDR en el banquillo está en 2,5 por partido-, los 16 goles marcados en Liga – 2,7 cada 90 minutos – y los 24 jugadores de la plantilla empleados – sólo falta Abraham -, 25 si contamos también a Belotti, que luego pasó a la Fiorentina durante el mercado de fichajes de invierno. En definitiva, cifras importantes, que hablan de un impacto positivo inmediato, con ambiciones de Champions relanzadas y renacida la confianza hacia el futuro. Evidentemente es pronto para hacer algún tipo de valoración, pero es innegable que un mes y medio después del cambio de dirección técnica, con el ciclo de José Mourinho dado por finalizado por parte de la propiedad, las primeras respuestas son favorables.
Sin embargo, como siempre, en el fútbol, todo juicio está en los labios de los resultados y, en Roma más que en otros lugares, es fácil levantar o abandonar a cualquiera. Un detalle que no se le escapa a De Rossi, que conoce mejor que nadie las peculiaridades de la ciudad actualmente en Trigoria y no pierde la oportunidad de disfrazarse de «bombero», apagando el fácil entusiasmo. Daniele vive su día a día totalmente inmerso en el terreno de juego y su principal pensamiento, en estos momentos, es el Monza de su amigo Palladino, al que se enfrentará el sábado en otra etapa fundamental para la lucha por la Liga de Campeones. A su alrededor, sin embargo, se suceden los rumores sobre el futuro, y la calidad de su obra no ha escapado fuera, ni siquiera dentro, de los altos muros del centro deportivo capitalino cuenta este jueves el diario Il Romanista.
A la espera de saber quién se incorporará a él como director deportivo en sustitución de Tiago Pinto, De Rossi podrá disfrutar de la cercanía de Ryan Friedkin en este periodo. El hijo del presidente, que se puso en contacto personalmente con Daniele el 15 de enero -el día después del 3-1 Milan-Roma- para ofrecerle volver a casa en su nuevo rol de entrenador, asiste a los entrenamientos, habla con el técnico y se lo dice como enamorado con DDR: bienvenido al club. Ryan reivindica la bondad de la elección realizada, añadiendo a los factores positivos de su valoración, además de los resultados, el estilo de comunicación de De Rossi y su relación con el grupo – con elementos redescubiertos como Smalling y Renato Sanches. La fase del enamoramiento es delicada, como sabemos, y hablar de renovación en este momento quizás sea prematuro pero, considerando la posición privilegiada de Friedkin hijo, sus gustos no son despreciables. Si en sus conversaciones Ryan algún día propusiera una extensión, estamos seguros de que encontraría el mismo entusiasmo de siempre en Daniele. El momento de tomar decisiones no está lejos, pero por el momento el foco principal sigue siendo el terreno de juego, el hábitat natural de De Rossi. Más aún si el césped verde en cuestión es el de Trigoria. Daniel, el primer profeta en su tierra natal.