Es cierto que el disparo de Folorunsho tomó una trayectoria extraña, pero también es cierto que Rui Patricio fue demasiado superficial para intentar desviarlo lejos de la portería cuenta Jacopo Aliprandi en el Corriere dello Sport. Y aquí está, el error no forzado. Una intervención torpe, rozando el gol en propia puerta y que podría haberle costado caro a la Roma, obligó en el último cuarto de hora a defender el resultado bajo la presión de un Verona revitalizado. Hasta el gol, el portugues prácticamente nunca habían intervenido, incluido el penalti lanzado por Djuric directamente a la curva norte. Sólo unas pocas salidas a su zona, pero hasta ese momento nada preocupante. Pero aquí radica la habilidad del portero experto: estar preparado en el momento decisivo, en la única intervención que se ve obligado a realizar durante el partido.
Y en cambio su error revivió al equipo de Baroni y en un partido que hasta entonces había estado asegurado a pesar de una segunda parte ciertamente no muy brillante por parte de los Giallorossi. Errores y más. Porque de Rui Patricio ni siquiera gustaba su gestión de los despejes. Uno de ellos, que acabó con una parte del campo totalmente ocupada por camisetas contrarias, corría el riesgo de hacer perder la paciencia incluso a su nuevo entrenador. Con calma y disciplina, sin embargo, De Rossi se limitó sólo a llevarse la mano al pelo, sin expresar más su descontento por una posesión muy perdida.
En definitiva, una velada para olvidar para el portero portugués, una de varias esta temporada. Porque Rui no siempre ha sido impecable en sus actuaciones, al contrario, el descontento hacia él va en aumento entre la afición (también por una foto publicada el día después de la derrota en el derby de copa, en la que aparece interviniendo a Vecino) , destinado a dejar la Roma en junio por expiración de su contrato. A sus 36 años (lo cumplirá en febrero), el portero casi ha llegado al final de su carrera, por lo que es inevitable que también aparezcan errores que hasta hace unos años no se habrían visto ni siquiera en los entrenamientos. Así que, tras perder su puesto titular en la selección portuguesa, Rui corre ahora un grave riesgo de terminar la temporada en el banquillo. Es una posibilidad, no una certeza. Pero es evidente que también se hacen algunas preguntas en Trigoria.
El nuevo entrenador de porteros es Simone Farelli, tercer portero del equipo en la temporada 2020-2021 y la temporada pasada trabajó con los chicos del Primavera pero también hizo algunas apariciones en el primer equipo cuando Nuno Santos fue expulsado por sanción. Farelli ya trabajó con Rui Patricio pero también con Mile Svilar, el chico que ya ha visto el campo más veces este año (ocho partidos) que en toda la temporada y que ahora sueña con ganarse otra oportunidad. Quienes le ven en Trigoria le describen cada vez más en crecimiento, pero con la necesidad de jugar lo máximo posible para recuperar la confianza y el feelong con el terreno de juego. Aquel en el que sientes la verdadera presión.