Una oferta y la posterior negativa, que sin embargo no afectó la voluntad primaria de la Roma (y Paulo Fonseca) de traer de vuelta a Chris Smalling a la capital. Una negociación complicada que se ha vuelto agotadora en las últimas semanas. Aún no hay acuerdo entre Roma y Man Utd, pero desde Trigoria siguen filtrando optimismo respecto a una conclusión positiva del trato.
Los días disponibles son cada vez menos y el gong final del mercado se avecina. El trabajo continúa complaciendo a todas las partes involucradas, pero los números deben ser los adecuados. Del United que quiere rentabilizar (en sus propios términos) el traspaso del defensa -a pesar de no formar parte del proyecto técnico de Solskjaer- a la Roma, que no se ha rendido nunca, trabajando en diferentes métodos estratégicos durante los dos últimos meses. Hasta el jugador, que solo quiere a la Roma y espera, no indefinidamente, que las promesas de la dirección y del técnico se materialicen en su regreso a los Giallorossi.