Una remontada espectacular, de la zona (casi) de descenso al sueño de la Champions League. Si hubiera llegado al principio del campeonato, ¿la Roma tendría más puntos? «No me gustan estas comparaciones. Quienes me precedieron hicieron lo mejor que pudieron. Llegué en un momento difícil. Quizás me ayudó llegar en dificultades, la dificultad de esos jugadores que habían perdido un poco la noción de lo buenos que eran». Afirmó este lunes el técnico de la Roma, Claudio Ranieri, al margen de la entrega del premio Ussi en el Centro Técnico de Coverciano, hablando de su gesta al frente del equipo capitolio, resucitado bajo su ‘cuidado’ después de las experiencias con De Rossi y Juric.
«Intenté cometer los mínimos errores posibles, porque la habilidad siempre recae en quienes entran al campo —explica el entrenador de Testaccio—. El entrenador, sí, debe ser creíble, dar las instrucciones correctas, pero luego los jugadores son los protagonistas. Lo pensé así como jugador y lo pienso ahora, después de 35-37 años como entrenador. No sé cómo remotivé al equipo, no he estudiado psicología. No, digo lo que siento. Quizás mi credibilidad. Les hablo a los jugadores con el corazón, les digo lo que siento. Todo despejado».
«¿Sí devolví mi patente de entrenador a Coverciano? Son cosas que se dicen —añadió Ranieri—. Me divertí, lo pasé bien, el fútbol me dio muchísimo. Ahora me han llamado para un compromiso diferente, espero que salga bien y no causar ningún daño al otro equipo». No parece que tenga ninguna posibilidad de seguir en el banquillo giallorossi: «No me tiren de la chaqueta. El fútbol me ha dado tanto, es mi vida y todo, pero llega un momento en que hay que decir basta. Basta porque es lo correcto, incluso irme en un momento positivo. Dije basta en Cagliari y lo dije con el corazón, y mi mujer también me creyó. La Roma me llamó, dije que sí a un año como entrenador y a dos como asesor principal. Acepté; esto es importante para mí ahora, luego Dios verá… Y, a decir verdad, ni siquiera sé qué es. ¿Sí he hablado con Gasperini? No, quizá más tarde, ¡pero con todos vosotros presentes!», concluye Ranieri.