Y ahora la Europa League vuelve a convertirse en el principal objetivo de la Roma como ha sucedido en los últimos años. Porque el viaje en la Coppa Italia tuvo un final abrupto el miércoles por la noche en San Siro, mientras la brecha en la liga con la zona europea sigue siendo amplia y en el medio hay demasiados equipos que pueden aspirar a un lugar entre los seis primeros. Ranieri lo sabe y por eso apostó por la rotación ante el Eintracht, para acceder a los playoffs, ante el Milan en Copa, arriesgando ante el Napoli, y antes del doble desafío ante el Porto. Nuevos cambios en el once inicial ante el Venezia y el Parma. Y así, estas rotaciones, que servirán para dar descanso a ciertos jugadores que están llamados a tener mucho impacto (y no como en Milán), incluirán las incorporaciones llegadas en el mercado invernal, especialmente en las últimas veinticuatro horas de sesión en las que Ghisolfi ha trabajado duro para reforzar el banquillo giallorossi. A la espera de verlos y luego juzgar sí estarán al nivel de los titulares.
Hasta el momento, Rensch ha dado la impresión de ser una excelente contratación en perspectiva futura y de tener ya las cualidades necesarias para ser de ayuda a Ranieri. Más como carrilero que como lateral ofensivo, y es también por ello que el domingo el técnico podrá desempolvar de nuevo la defensa de cuatro (4-3-3) como ya hizo en la rotación ante el Napoli de Conte. El neerlandés jugará, mientras que otros dos recién llegados como Salah-Eddine y Gourna-Douath también podrían tener una oportunidad asegura Corriere dello Sport. Seguramente, también durante el partido, habrá espacio para Nelsson, que también entró en San Siro, para completar la defensa con N’Dicka. Así que dejemos espacio para una nueva Roma, que seguramente atraerá la curiosidad de los aficionados que esperan ver el valor real de las nuevas contrataciones. Salah-Eddine por fin podrá dar descanso a Angeliño, que sólo se ha perdido uno de los treinta y tres partidos disputados entre Liga y Copa esta temporada. Siempre titular, siempre desplegado también por la falta de alternativas dado el fracaso de Dahl y el pobre rendimiento de Zalewski. Ahora, con la llegada del otro neerlandés, el carrilero está listo para cumplir una ronda de descanso después de haberlo dado todo (y siempre brillar como el mejor) ante Eintracht, Napoli y Milan. Ante el Oporto será necesario un Angeliño recargado, dispuesto a explotar en la banda, así como un Paredes lúcido para marcar el rumbo del equipo.
Allí, en el centro del campo, el ahora ex jugador del Salzburgo calienta, debido a la sanción de Manu Koné y más. Porque para una Roma que en el último partido de Copa encajó su décimo gol de la temporada al contraataque, un jugador que está entre los mejores de Europa en intercepciones e intervenciones defensivas ciertamente puede marcar la diferencia. Sobre todo si falta la cantidad (y calidad) del otro francés que naturalmente volverá con el Porto y luego en la liga con el Parma. Gourna-Douath podrá así jugar en Venecia y darse a conocer a sus nuevos fans. Y lo mismo le ocurrirá a Nelsson, que se juega un puesto para darle descanso a Hummels que, como Leandro Paredes estarán fuera del partido por descanso según anuncio Ranieri. Pellegrini también podría regresar al once inicial en el centro del campo, con Soulé y El Shaarawy en ataque en apoyo de Shomurodov. Todavía podría jugar, ya que Dovbyk aún no está en su mejor momento y todavía sufre algunos dolores en la rodilla. “Vamos a Venecia en un campo difícil, quiero ver cómo se comportarán y cómo lucharán: esto es lo que le pido al equipo”. Rainieri ahora espera una reacción de la Roma, independientemente de quién juegue.