Se vuelve al fortín del Estadio Olímpico. Tras el medio paso en falso ante Bologna, la Roma se reencuentra el calor de su afición para reanudar la carrera por intentar escalar puestos en la clasificación, en busca desesperada del último tren europeo. La diferencia de rendimiento entre local y visitante es cada vez mayor: esta temporada sólo el Venezia lo ha hecho peor.
Y para Dybala y sus compañeros el partido contra el Genoa corre el riesgo de convertirse en una trampa, con un único desenlace posible. Ranieri quiso darle un repaso al grupo en las últimas horas, decidiendo desempolvar el bastón, sobre todo ante la excesiva facilidad con la que los equipos rivales golpeaban a la Roma al contraataque. Y el Genoa es uno de esos equipos que no regala nada. En el último entrenamiento previo al partido, Ranieri mezcló las cartas, porque quiere tener a todos esten listos y preparados en caso de que tengan que salir. Pero los puntos fijos seguirán siendo los mismos, desde Hummels a Paredes, pasando por Koné, Dybala y Dovbyk cuenta este jueves el diario Il Tempo. La única duda en este momento sigue siendo si Pellegrini será titular, en este entrenamiento Lorenzo, Pisilli y Baldanzi fueron probados en el ensayo general.
El técnico romano ha dado mucha confianza al grupo, incluso en los momentos difíciles de las primeras semanas tras Juric y ahora quiere respuestas. Por el lado del Genoa, un equipo en excelente forma, Vieira quiere darle la primera victoria como presidente al nuevo propietario Sucu. El técnico rossoblù quiere intentar jugar una mala pasada a Rainieri, pero tendrá que prescindir de Norton-Cuffy, Ekuban, Vitinha, Malinovskyi, Badelj, Messias y Balotelli.