El gol en el derby parecía que podía ser el más clásico de los goles de puerta corrediza, con Pellegrini volviendo al once inicial y marcando, dando a la afición y al club la victoria ante la Lazio. Pero a medida que pasaban los días, resultó que sólo era un analgésico, que no curaba el “dolor” de Pellegrini, sino que sólo lo aliviaba.
Según cuenta Dario Marchetti en Tuttosport, las elecciones técnico tácticas de Ranieri enviaron un mensaje claro, porque el capitán giallorossi quedó fuera del once inicial primero contra el Napoli en el Olímpico y luego en San Siro contra el Milan. «No es un romano típico, no es de los que se dejan llevar por los problemas». Así que el problema está todo en la cabeza de Lorenzo, aunque luego se extienda a sus pies o a sus decisiones sobre el campo. Así lo demuestra el escaso botín obtenido hasta el momento: dos goles y una asistencia en 18 partidos de Liga.
En resumen, no es el jugador que Roma recordaba ni el elogiado por Rainieri. Mientras tanto, la distancia entre el jugador y el club también aumenta, porque si bien el capitán giallorossi ha negado repetidamente que quiera abandonar la ciudad, el club no ha tomado una posición pública. Cuyo contrato expira el 30 de junio de 2026. El verano traerá cambios (más) y no se descarta su salida como ya paso este invierno.