Este domingo en la tarde en el Dall’Ara en el partido entre el Bologna y la Roma, válido para la vigésima jornada del campeonato, habrá una cara nueva en el banquillo giallorossi. Se trata de Alessandro Romano, centrocampista nacido en 2006 que mañana tendrá un día especial. El centrocampista nacido en Suiza del equipo Primavera de Falsini, de hecho, fue convocado por Claudio Ranieri para compensar (al menos numéricamente) el reciente traspaso de Le Fée al Sunderland y la ausencia de Cristante, lesionado en el partido contra el Atalanta de inicios de diciembre.
Romano está en la cantera de la Roma desde 2022, año en el que fue fichado procedente del Winterthur FC. La temporada pasada con la Primavera, con Guidi en el banquillo, el suizo disputó 20 partidos, marcando además dos goles a los 17 años. Hoy Romano es titular habitual en el conjunto juvenil de los giallorossi y es muy apreciado por el míster Falsini que, a excepción del período en el que el chico estuvo fuera de las canchas por lesión, decidió utilizarlo por delante de la defensa en su 4-3-2-1.
Romano es zurdo, pero que también utiliza el pie derecho, con el que ataca y defiende, marca y crea jugadas. Todo con una elegancia poco común. Puede jugar como punto bajo de un mediocampo de tres, pero también en un mediocampo de dos. Tiene una visión de juego extraordinaria y un físico escultural. En resumen, es uno de esos jugadores de los que es realmente fácil enamorarse.
Esta temporada, en los 10 partidos en los que estuvo disponible, sólo vio puerta una vez (jugando como centrocampista): el gol maravilloso que decidió el derby contra la Lazio en septiembre pasado. «Cuando necesitamos a algunos jugadores de la Primavera, los pedimos», dijo ayer Ranieri en rueda de prensa a dos días del partido contra el Bolonia sobre la manta corta en el centro del campo. Seguramente debió haber sido así.
