El día posterior a la final que nuestra roma disputó en Budapest amaneció con el aire enrarecido, la tristeza y la frustración remolinaban entre las corrientes de voces, textos y tweets que inundaron nuestros anocheceres y madrugadas.
Como si se tratase de un proceso de duelo, no habíamos apagado el televisor que ya compartíamos la negación con dybala. Mientras unos dejaron ir su ira desbordante sobre Anthony Taylor en el aeropuerto de Budapest, otros andábamos negociando el duelo tratando de buscar los motivos de la derrota. Fue entonces cuando tocamos fondo en ese momento de depresión colectiva, para finalizar con la aceptación de una realidad incontestable:
¡cómo nos han hecho disfrutar estos muchachos!
Son días de orgullo. Cuando sacas la cabeza del agujero cual avestruz y te preguntas cuántas semifinales y finales europeas nos ha brindado la Roma en los últimos años, tu corazón giallorosso se agranda manifestando su grandeza.
Alguien dirá que “las finales están para ganarlas”, pero ese momento de emoción le impedirá ver que, más allá del tiempo reglamentario, las finales están para disfrutarlas. Utilicemos la perspectiva para darnos cuenta de que hemos dejado por el camino a Salzburg, Real Sociedad, Feyenoord, Leverkusen y hasta los penaltis de una final de UEFA Europa League.
Disfrutemos y valoremos a un equipo que nos ha llevado a una semifinal de Liga de Campeones, una semifinal de Europa League, una final ganada de Conference League, y una final de Europa League en seis temporadas.
Es cierto que estamos en el escalón anterior al que nos gustaría estar a nivel europeo, que nos gustaría luchar por el Scudetto y no conseguimos estrechar la brecha que nos separa de aquellos que lo logran, pero hay jugadores que han vivido todos, o buena parte, de esos partidos importantes que he mencionado. Y eso evidencia una exigencia continuista. Ahora, como aficionados, debemos ser críticos para que dicha continuidad también se plasme en los proyectos deportivos y sociales del club.
El sentimiento de orgullo y privilegio que tenemos estos días son gracias a que tiempo atrás se nos despertó un:
Unico grande amore
De tanta e tanta gente
Che fai sospirà
Animemos al equipo y arropémoslo para el partido vs Spezia. Se lo merecen ellos, y el romanismo, porque:
tu sei nata grande
e grande hai de restà