Al margen de las ventas que deberá realizar antes el 30 de junio, en esta fase del mercado de fichajes, el director general de la Roma Tiago Pinto se concentra en el eje central del equipo, desde el portero hasta el delantero centro, escribe Gianluca Piacentini en Il Corriere della Sera. Empezando por el arco: la temporada que recién concluyo, la falta de confianza en Svilar obligó a Rui Patricio a trabajar horas extras. Al final, el portugués sumo 51 partidos contra 4 de su reemplazo: entre los nombres ligados a los giallorossi están Ugurcan Cakir, número 1 del Trabzonspor que gusta al Galatasaray, y Gollini del Atalanta cedido al Napoli.
En defensa N’Dicka sustituirá a Ibáñez -que se será el sacrificado para generar plusvalías- Smalling y Mancini son ya una certeza. El salto de calidad, respecto a la temporada pasada, estará en el primer cambio: Kumbulla, estará durante varios meses fuera tras romperse los ligamentos cruzados de la rodilla derecha, Llorente es la clave, y Pinto está a punto de traer de vuelta desde el Leeds a la Capital. Aún falta un carrilero. En el centro del campo, de momento, fuera Thairovic, Camara y Wijnaldum -poco más de 1.900 minutos en el total de la temporada- dentro un potencial titular como Aouar. El franco-argelino sustituirá al neerlandés mientras que el lugar de Camara ya lo ocupa desde mediados de la temporada pasada Bove, que se ha labrado un papel protagonista en el campo y se ha «convertido» en una carta a jugar para Pinto en cualquier negociación por un centrocampista (Frattesi por ejemplo), que sin embargo tendrá que ser más importante que él.
De lo contrario, Bove quedará para completar un departamento en el que las certezas son Matic y Cristante. Si Mou decide jugar de forma permanente con el centro del campo de tres, Pellegrini también estaría incluido en las rotaciones. En un ataque que vivirá una revolución: la certeza es Dybala mientras todos los demás están en la balanza. Abraham estará muchos meses de baja (rotura del ligamento cruzado izquierdo), Belotti ha prorrogado su contrato por dos años pero podría acabar en algún intercambio, y Solbakken no ha convencido.
