Debió ser frustrante para Rui Patricio ver desde el banquillo la cantada de Diogo Costa ante Marruecos que provocó la eliminación de Portugal del Mundial. Quizás le habrá recordado el error que le costó el puesto en la selección, el que cometió contra Serbia, que luego relegó a los lusitanos a la repesca. No era el primero de Costa: con Ghana ya se había equivocado, arriesgando el resultado en el final. Poco importa, porque el portero de la Roma tuvo que aceptar las opciones del técnico Santos y asumir el papel de suplente durante todo el Mundial.
Por otro lado, a sus 34 años, el seleccionado portugués ha decidido centrarse en otra cosa para consolidar el futuro. Y eso es quizás lo que Tiago Pinto también comenzó a pensar cuando compró Svilar al Benfica en el verano. Serbio de 22 años, aceptó a los giallorossi porque vio perspectivas de crecimiento. Mourinho también confió en él en el primer partido de la Europa League (el que perdió ante el Ludogorets), pero luego nunca más lo volvió a utilizar.
Regresó al campo en amistosos en Japón y ciertamente no llamó la atención, anotando un gol debajo de las piernas y un gol en propia puerta. Más que un trampolín, la demostración de que José no tiene un segundo portero fiable. Svilar tendrá la oportunidad de redimirse en los tres amistosos programados durante la concentración en Portugal, pero seguro que volverá al banquillo en Liga y en Copa.
Los nombres de Vicario y Carnesecchi están escritos en el cuaderno de Pinto según cuenta Il Messaggero. Dos porteros jóvenes e italianos de Empoli y Cremonese respectivamente. A la Juventus le gusta el jugador del Empoli y no se descarta que se pueda desatar una subasta en verano para comprarlos.
La idea de la Roma es traerle uno a Trigoria y hacerlo crecer a la sombra del portugués ya partir de la temporada 2024/25 transformarlo en titular. Un proyecto que debe tener sostenibilidad económica, como el que viene intentando llevar a cabo Pinto en el último periodo.