Entre los muchos jugadores talentosos que pasaron por Roma, también esta Diego Perotti. El extremo argentino, que llegó en 2016 procedente del Genoa, también formó parte del equipo que remontó para eliminar al Barcelona. También dejó un bello recuerdo por sus jugadas y su famosa forma de lanzar los penaltis. El exjugador del Sevilla concedió una larga entrevista en la que también se detuvo en su etapa como giallorossi. Aquí están sus palabras al portal Chiamarsi Bomber:
Antes de ir a la Roma, había rumores de que habías estado cerca del Inter y del Milan, ¿puedes confirmarlo? «Puedo confirmar que Roberto Mancini, que era el entrenador del Inter en ese momento, me llamó y me dijo que me quería como segunda punta, que era ideal para su sistema. Le respondí que me interesaba pero al final se llevaron a Eder. Así que me quedé otros 6 meses en Genoa hasta que llegó Roma»
¿Por qué decidiste dejar el Genoa a mitad de temporada? «Estaba feliz en el Genoa pero cuando tienes la oportunidad de dar el salto a un gran equipo no puedes rechazarlo. Ya en los primeros años en el Sevilla me habían relacionado con la Juventus y el Real Madrid, luego las lesiones hicieron que todo subiera en Fumar. Estaré siempre agradecido al Genoa que creyó en mí en un período negativo de mi carrera. Sin embargo, el club se llevó 10 veces lo que había gastado y me fui el último día del mercado, a pesar de que la negociación había ido bien. Gasperini me llamó a la oficina para preguntarme si quería seguir jugando, arriesgándome, porque podría haberme lesionado y arruinado el trato. Le di mi total disponibilidad, le di todo al Genoa hasta el último día. Siempre mostré respeto hacia el entrenador, hacia el club y hacia la afición. Entiendo que la afición esté molesta, pero siempre he demostrado que me importa mucho el Genoa, que permanece en mi corazón».
En Roma te entrenaron tanto Rainieri como Spalletti, ¿qué tipo de entrenadores eran? «Son muy diferentes en carácter: Spalletti es comparable a Gasperini en cuanto a la maldad competitiva. Siempre te empuja a darlo todo, a estar al tanto de las cosas, a no rendirte, a entrenar duro porque de lo contrario no te dejará jugar. Es alguien que se enfada a menudo, a diferencia de Ranieri, que es más tranquilo, que siempre encuentra la palabra adecuada y está muy cerca del jugador. También son diferentes tácticamente: Spalletti juega un juego más ofensivo, mientras que Ranieri juega al contraataque. Me llevé muy bien con los dos y tengo recuerdos maravillosos. Tengo una anécdota divertida sobre Spalletti: hacía mucho calor, teníamos que jugar contra el Cagliari fuera de casa, pero el día anterior no había entrenado porque tenía ampollas debajo del pie. Me habían hecho infiltraciones pero seguía sintiendo dolor. El día del partido, después del desayuno, el entrenador nos llama a mí y al médico del equipo a su mesa, pone una canción en su móvil y no dice nada. Cuando la música termina preguntándome ‘entonces ¿juegas o o no?’ Y le digo que sí, se levanta y se va. Ese partido contra el Cagliari tuve que jugar con el botín de Dzeko porque tenía el pie hinchado, pero marqué de penalti a los 5 minutos. Era un tipo muy práctico, pero tenía esas maneras que te hacían sonreír. Es particular pero es un gran entrenador. Si bien Ranieri era como un padre, le daba tranquilidad al vestuario. Recuerdo que el último día contra el Parma dijo ‘quiero divertirme’ y puso un equipo muy ofensivo conmigo, Dzeko, Pellegrini, El Shaarawy… prácticamente no defendió a nadie».
¿Cómo fue jugar con Totti? «Yo también jugué 3 o 4 partidos con Messi, pero es diferente vivir a un campeón a diario. Por un lado fue hermoso, por otro sabía que nunca llegaría a su nivel. Conocí a Francesco en la última parte de su carrera, pero aun así fue un jugador decisivo. Tenía algo diferente, que nunca alcanzarás. Incluso si entrenas al máximo de tus fuerzas, sabes que nunca tendrás su pie. Verlo patear al arco fue fantástico :Disparó 10 veces y lo puso en la encrucijada 10 veces.
Tenía una visión de juego increíble, podía ver al atacante en el área desde atrás y no se podía entender cómo lo hacía. O tienes talento o no lo tienes, no se puede entrenar. Os cuento esto: yo vengo de Sevilla donde era tirador de penaltis mientras que en Roma aún no había tirado ninguno. Estábamos jugando contra el Torino, yo tiré el penalti, él tiró y marcó. Luego en el vestuario me acerco a él y le digo ‘mira, esta es la última vez que te dejo tirar un penalti’, me mira mal, pero inmediatamente le digo que estaba bromeando. Fue un líder que hizo oír su voz con el balón en los pies. Sabías que el juego podía cambiar en cualquier momento».
El caso Totti-Spalletti lo vivisteis también desde dentro, ¿se podría haber gestionado mejor? «Sí, podría haberse manejado de otra manera. Yo acababa de llegar a Roma, pero por lo que representaba Francesco, podría haber habido un resultado diferente. Sin embargo, también entiendo que no es fácil para un entrenador manejar un leyenda como Francesco».
Compartiste vestuario con Iturbe, ¿qué crees que le pasó? «Hablamos mucho de ello con él y con el resto de sus compañeros: tenía todas las cualidades para hacerlo bien porque era muy rápido y pateaba bien con ambos pies. La gente no lo sabe, pero siempre entrenaba al máximo, se preocupaba por el equipo y los aficionados porque sabía que el club había gastado mucho dinero para ficharlo. Roma es un lugar particular, donde tienes que jugar bien desde el principio y demostrar que mereces llevar esa camiseta. Tienes que ser un jugador que tiene que estar siempre al tanto de todo. El nerviosismo, la falta de confianza, la mala suerte pueden afectar a tu temporada. Es una pena porque tenía todas las cualidades para hacerlo bien y dejar un buen recuerdo a los aficionados”.
¿Qué pasó la noche de la remontada ante el Barcelona? ¿Qué pasó por la cabeza de los jugadores? «No teníamos nada que perder y jugamos con la mente clara. Si hubiéramos perdido 1-0 en Barcelona, habría sido diferente. Jugar sin preocupaciones marcó la diferencia esa noche. ¿Pensábamos que podíamos ganar esa Champions? No, porque había equipos grandes como el Liverpool y el Real Madrid”.
¿Quién era el más fuerte en aquella Roma? «Muchos dirán Salah o Dzeko, pero yo digo Radja Nainggolan. Era un todoterreno, sabía jugar todos los roles. Un jugador espectacular que podría haber jugado 20 años en un gran club si hubiera llevado un estilo de vida diferente. Pero esa es mi idea. Tal vez si hubiera sido diferente, hubiera tenido una carrera peor. ¿Quién puede decirlo?».
También tuviste la oportunidad de conocer a un jovencísimo Lorenzo Pellegrini, ¿esperabas que un día se convertiría en el capitán de la Roma? «Sí, me lo imaginaba, ya se veían sus cualidades técnicas, sabía que iba a ser un jugador de primer nivel. Estoy contento con el gol en el derby después del tiempo que pasó. Más allá del bonito gol, hizo un gran partido, tanto en mentalidad como en personalidad. Me alegro por él porque es un gran tipo y un gran jugador».
¿Qué opinas de la destitución de De Rossi? «Había que gestionarlo de otra manera porque no estamos hablando de un entrenador cualquiera, sino de un estandarte que estuvo toda su carrera en la Roma. Además, lo estaba haciendo bien como entrenador, no era fácil sustituir a Mourinho».
¿Qué emoción se siente al marcar en un derby romano? «El primer gol lo viví un poco menos porque el estadio no estaba muy lleno: el partido era a las 15 horas y la Lazio jugaba en casa. El segundo derby fue por la tarde y el estadio estaba lleno. Marqué de penalti mientras me cagué de miedo. El derby de la Capital es muy bonito, te cambia la temporada y estoy convencido de que ahora la Roma lo hará muy bien. Para mí fue un honor jugarlo y marcar».
