Si Paulo Dybala pudiera responder inmediatamente a su amigo Totti le haría leer los números de su rendimiento de la temporada, pero sobre todo de los dos últimos meses bajo la dirección de De Rossi escribe Jacopo Aliprandi en el Corriere dello Sport. Porque efectivamente el argentino cambió de ritmo tras ser sustituido en el banquillo y demostró no sólo ser aún más eficiente, sino también más decisivo.
Así lo confirman sus impresionantes números en estos 58 días en los que literalmente guió a la Roma a la lucha por la clasificación para la Champions de la próxima campaña. Desde el partido contra el Verona hasta el de la Fiorentina, Dybala marcó siete goles en otros tantos partidos de Serie A. Ciento dos minutos jugados contra el Feyenoord, luego otros diez partidos con De Rossi como titular para un total de 790 minutos de 1210. Un tiempo de juego no para jugador lesionado sino como titular sujeto a cambios en un período intenso.
Y es que se perdió dos partidos de trece no por lesión, pero por eso mismo después de cada cinco partidos disputados De Rossi le daba un respiro para descansar. Esta temporada Paulo se ha perdido un total de nueve partidos cinco por problemas diferentes (algunos menores, otros un poco más importantes): ocho en la gestión anterior, uno con De Rossi.