Es el momento más feliz de su carrera. Lorenzo Pellegrini no solo es uno de los centrocampista que más anota de Europa, o el auténtico líder de la Roma, sino que ahora también ha llegado la consagración en la selección escribe Guido D’Ubaldo en el Corrire dello Sport.
El capitán de Giallorossi ha jugado en los dos últimos partidos de Italia, contra España y Bélgica. Marcó en el primer partido, saliendo del banquillo y fue utilizado por Mancini como extremo, demostrando su flexibilidad. El domingo ante Bélgica empezó como centrocampista. El director técnico lo felicitó, regresó de lleno a la selección, después de estar fuera en vísperas de la Eurocopa por una lesión.
Pellegrini quien regresó ayer a Roma, y aunque hoy se ausento de los entrenamientos para preparar el partido contra la Juventus por fiebre. Espera un partido que siente mucho. No solo porque, como romano, la Juventus es el rival número dos, después de la Lazio. Pero porque la Juventus lo ha cortejado durante mucho tiempo desde que estaba en el Sassuolo y Paratici intentó convencer al club emiliano de que no respetara el pacto con la Roma que tenia el derecho a recomprar su ficha. Carnevali, en cambio, cumplió su palabra y Lorenzo regresó a la capital.
La Juventus volvió a la carga en las oficinas más tarde, enfocándose en la cláusula de rescisión de treinta millones para arrebatarlo del club Giallorossi. Por segunda vez, Pellegrini pudo decir que no. Era Allegri quien lo había pedido expresamente. El técnico toscano había vislumbrado sus cualidades nada más aparecer Lorenzo en la Serie A. El domingo lo encontrará como rival, conduciendo a una Roma que quiere ser grande.