Lorenzo Pellegrini está impaciente, después de diez días fuera y de tres partidos perdidos ahora quiere recuperar el tiempo de juego, pero sobre todo a su Roma. El domingo Mou lo tuvo en el banquillo después de un par de entrenamientos grupales, el capitán de los Giallorossi calentó gran parte de la segunda parte pero sin salir al campo. El partido fue demasiado intenso para arriesgarse a una recaída, el césped estaba demasiado deteriorado para forzar a un jugador que tanto servirá al equipo en esta nueva fase de la temporada entre campeonato y copa.
Así observamos su juego entre alegría, sufrimiento, análisis y decepción final. Entre un ejercicio y otro junto al resto de compañeros, Pellegrini observó durante mucho tiempo el partido precisamente en la parte del campo donde Dybala y Lukaku más trabajaban en busca del gol. Junto a Karsdorp, Belotti y Bove trabajó cerca de la bandera, al lado de los banquillos. Por eso, en la portería giallorossi pudo observarlo todo desde una posición privilegiada. Tanto el intercambio Dybala-Kristensen como el giro de Lukaku. Pellegrini aplaudió, como aficionado de la Roma, pero no corrió con el once inicial para celebrar, sino que siguió trabajando para estar preparado en caso de que el técnico llamara.
El empuje de Toro tras la inyección de confianza llevó a Mou a no alinear a Pellegrini, que en cambio estaba preparado para el partido del jueves. Este jueves, en el Marassi y ante Genoa, finalmente será su momento. Después de un inicio de temporada complicado, con sólo dos partidos disputados, Pellegrini trabajo este lunes sobre el césped de Trigoria a pesar del día de descanso cuenta Corriere dello Sport. Espera haber dejado finalmente atrás sus problemas físicos para liderar al equipo en el centro del campo. Pellegrini con Paredes y Cristante, es el centro del campo titular de Mourinho en estos momentos.