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Paulo Dybala mejora su estado pero sigue apuntando a salir desde el banquillo en la final; Diego Llorente por delante de Ibañez en la carrera por la titularidad

Paulo Dybala, tras el penalti cobrado en el Mundial Qatar, imagina otra final con tiempos limitados y muchas emociones cuenta Corriere dello Sport. Para estar disponible, ayer también pasó dos horas en la camilla del fisioterapeuta, tras el entrenamiento de la mañana. Hoy se ejercito con el grupo sobre la grama de Trigoria. Empujó con fuerza para recuperarse. Incluso ante el Feyenoord, en cuartos de final, partió desde el banquillo y luego se hizo decisivo con el gol mágico para evitar un desastre. Ese fue su último gol con la Roma, antes del torbellino de dolor en el tobillo que entorpeció su temporada.

Pero antes de pensar en los minutos de Dybala, Mourinho debe elegir el once inicial. Resolvió una duda recuperando a Leonardo Spinazzola. Debería jugar él y no Zalewski por la izquierda. Quedan, por tanto, un par de dudas: el central defensivo al que se unirán Smalling y Mancini. La lógica, dado el momento oscuro de Ibañez, sugeriría a Diego Llorente.

Y si Mourinho vuelve a un 3-5-2, con Cristante y Pellegrini de centrocampistas y Matic al frente de la defensa, El Shaarawy podría ser titular junto a Abraham en ataque. Sus características para el contragolpe, unidas al punto goleador en un equipo tradicionalmente poco concreto, parecen un excelente pase para el área vacante. Pero la duda persiste porque El Shaarawy ante la Fiorentina pidió el cambio en el descanso por un dolor en el muslo. Nada grave, aparentemente. Pero en una final hay que plantearse todo sin quemar los cambios. Por eso, Wijnaldum y Bove también esperan ser llamados.

Por su parte, Mourinho reafirma con orgullo la importancia del resultado obtenido: «Solo los grandes doblajes pueden ganar dos finales europeas consecutivas -le dijo a Sky- Estamos trabajando todos los días para construir la historia de la Roma«.

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