Nunca antes habíamos visto a Dybala así. En Roma, pero también en los últimos años en la Juventus. Maestro de la escena, confiado en sí mismo y en su cuerpo, continuo en su participación e incluso proclive a algunas corridas defensivas. Si la Roma de De Rossi ya ha llegado al punto de considerarse definitiva, mucho hay de este campeón que olvidó en un par de semanas la dolorosa separación de su mentor Mourinho y luego abrazó con toda su fibra las ideas tácticas y técnicas de el nuevo entrenador.
Baste decir que desde el día del cambio, Dybala sólo se ha perdido un partido por precaución: ante Frosinone, donde permaneció en el banquillo. Es posible que mañana descanse por segunda vez en Florencia, pero cuidado con no darlo por sentado. De Rossi le sustituyó en el minuto 72 ante el Brighton, cuando el resultado ya estaba 4-0, con la idea de utilizarle también en liga. Es posible, si Paulo da el visto bueno, que la rotación le afecte el próximo jueves en lugar del domingo, cuando su genialidad podría ser fundamental para golpear a la Fiorentina cuenta este sábado el Corriere dello Sport.
Es curioso que el verdadero Dybala se haya manifestado esta temporada tras la destitución de Mourinho, porque Dybala es sin duda uno de los que se habrían arrojado al fuego por Mourinho. Con De Rossi acumuló 9 de 10 apariciones, para un total de 717 minutos jugados: estamos hablando de casi 80 minutos de media de partido. En la versión anterior, Dybala había disputado 18 partidos de un total de 28, alcanzando apenas 1.204 minutos, es decir, 67 minutos de media por cada partido. Se trata de diferencias evidentes que, según De Rossi, dependen de un estado psicofísico ideal. «Cuando marcas un hat-trick, olvidas el dolor más fácilmente».
La muestra en términos de goles también es muy visible. Pero para un jugador de su nivel esto es casi una consecuencia. Bajo la dirección de De Rossi, Dybala marcó 8 goles, entre otras cosas en sus últimos 8 partidos con una media de un gol cada 89,6 minutos. También saltó a la palestra en la Europa League, con su ingenioso y elegante gol contra el Brighton. Con Mourinho su media fue de un gol cada 200,7 minutos.
Está bastante claro que De Rossi le ha conquistado día a día. De aquella declaración que pareció una investidura («Debe ser para nosotros lo que Totti fue para la Roma donde yo jugué»). Hasta el abrazo tras el 2-1 contra el Torino, fue un camino paulatino de conocimiento y acercamiento que dio resultados virtuosos. El contrato de Dybala expira en 2025, hay una cláusula de rescisión de 12 millones, pero ¿estamos seguros de que Paulo realmente quiere irse?