En días recientes mucho se ha hablado sobre los planes que los Friedkin, dueños mayoritarios del club desde agosto de 2020, tienen para nuestro equipo. Más allá del tema fichajes, los planes de un nuevo estadio o la adquisición de los terrenos del centro deportivo, la idea de este breve texto es hacernos una idea de por qué los magnates originarios de california quieren hacerse con el resto de las acciones disponibles para poder excluir al club de la bolsa de valores.
Son muchos los equipos de fútbol que han decidido a lo largo de su historia lanzarse al mercado de valores. El Tottenham fue el pionero en esta clase de operación y empezó a cotizar en bolsa en el año de 1983. En la actualidad, varios de los principales equipos de Dinamarca, Holanda, Turquía, Portugal, Francia, Inglaterra e Italia ya cotizan en bolsa. Específicamente en el caso italiano son 3 las sociedades que se manejan de esta manera: Roma, Juventus y Lazio.
La Roma llevaba con normalidad el cotizar en el parqué italiano durante más de 20 años hasta que el lunes 17 de agosto del 2020, tras meses de rumores y conversaciones, el Friedkin Group, liderado por Dan Friedkin, hacía oficial la adquisición de cerca el 86,6% del capital social del club, anunciando además que harían una oferta pública para la compra obligatoria de las acciones ordinarias que quedaban disponibles y que conformaban cerca del 13,4 % del capital social. Esto dejaba en claro desde un inicio las intenciones de los nuevos dueños: hacerse con al menos el 95% del capital social del club para Sacarlo del mercado de valores
Pero ¿por qué los equipos eligen cotizar en bolsa? Los equipos ingresan al mercado con la idea de conseguir grandes niveles de recursos que les permitan la liquidez necesaria para fichar jugadores, pagar deudas o financiar, por ejemplo, la construcción de un complejo deportivo o un estadio. El lado negativo de entrar al mercado es que se requiere mayor disciplina en los estados financieros, limitando el accionar real de las sociedades, lo cual puede ser negativo en medio de un mercado tan pasional e incierto como el futbolístico. Para dar un ejemplo: cotizar en bolsa permite a un equipo vender sus acciones a cambio del dinero que necesita para fichar al costoso y reconocido jugador “Juan Pérez”, pero quizá el inversionista que proporcionó el dinero no apruebe dicha compra y bloquee dicho movimiento basado en que ahora tiene un fuerte paquete accionario que también le otorgó poder de decisión sobre los fichajes. Otras implicaciones serían la potencial pérdida del poder mayoritario (si se pone en venta una gran cantidad de acciones) o arriesgarse a una gran pérdida de recursos si el equipo no tiene un buen rendimiento, pues el valor de las acciones irá ligado directamente al desempeño del club.
Ahora bien, ¿qué implicaciones tiene excluir a la Roma del mercado de valores? La primera implicación sería el perder estos flujos de ingresos provenientes del mercado, debiendo limitarse a financiamiento interno (tickets del estadio, patrocinios de la camiseta, venta de indumentaria, venta de jugadores, etc.), la inversión directa de parte del Grupo Friedkin o contraer deuda privada para inyectar recursos al equipo. En el peor de los escenarios, si se diera una serie de malas inversiones, el equipo podría entrar en problemas financieros y caer en default. Lo positivo, en cambio, sería que los dueños gozarían de una mayor libertad de decisión para contrataciones e inversiones, sin tener que depender de la aprobación de otros inversionistas. Así, cualquier movimiento que realicen los dueños y logre ser efectivo, tendría alta rentabilidad para el equipo.
Dicho esto, las implicaciones de abandonar el mercado de valores pueden tener varios matices y se verá con el paso del tiempo si se trató o no de una decisión acertada. Este movimiento podría ser un augurio de que se vengan fuertes decisiones en torno al club, como grandes y riesgosas inversiones para fichajes, la recompra del predio de entrenamiento o la construcción del soñado estadio. O, por otro lado, podría simplemente tratarse de una medida empresarial para que los Friedkin aseguren su inversión. Es importante considerar que a importancia dada a esta operación pública de adquisición (por sus siglas, OPA) es tal que se están ofreciendo 43 centavos de Euro por acción, frente a los casi 12 centavos que se pagaron en promedio por cada acción al anterior dueño del club, James Pallota.
Anecdóticamente, el mercado de valores futbolístico es tan volátil que las acciones de la Roma crecieron en un 21% con el anuncio del fichaje de Mourinho hace un año, en un 23% tras la remontada frente al Barcelona de España por Champions League, un 3,5% cuando se anunció que la Familia Friedkin adquiría el club e inclusive un simbólico 0,1% cuando Italia ganó la Euro.