Otra velada de fuego que coincide con un hito histórico. Como telón de fondo para la Roma-Brighton, como viene sucediendo desde hace más de dos años, habrá un Olímpico repleto, escribe Emanuele Zotti en La Gazzetta dello Sport.
Mañana, de hecho, serán más de 64.000 espectadores los que presenciarán el partido de ida de los octavos de final de la Europa League, registrándose un nuevo lleno total en las taquillas de Trigoria. Un lleno quizás más especial que muchos otros teniendo en cuenta que es el quincuagésimo de la era Friedkin (después de la pandemia, sólo con Frosinone por Serie A y Genoa por Coppa Italia no hubo lleno).
Una demostración de amor que demuestra cómo lo que muchos habían identificado como el «efecto Mourinho» es en realidad el efecto Roma, que permaneció firmemente intacto incluso después de la salida del ‘Special One’, al que sin embargo hay que atribuirle el mérito de haber devuelto el entusiasmo a la afición, llevando a miles de hinchas y entusiastas a llenar constantemente las instalaciones del Foro Itálico.
